Randomdarya: especial San Valentín

Hi, criaturillas de azúcar!

Efectivamente, esto es lo que parece.
Hoy es un gran día no. Hoy es esa fiesta popular que para muchos es solo marketing y para otros es una excusa para comprar bombones y flores y ser pastelosos. Yes, hoy es San Valentín. Lo paséis como lo paséis, vengo con el Randomdarya para animaros un poquito el día.
En lo personal que a nadie le interesa, es algo que me da bastante igual. Admito que soy un poquillo cursi a veces y no hay cosa que me gustan que las flores que nadie me ha regalado nunca  ._.
Whaaaatever.

Primero de todo, los agradecimientos: gracias a las personitas que comentasteis en la entrada anterior, dando ideas y demás! Como fueron pocos comentarios, y os debo mucho Randomdarya, lo haré todito todo UWU
Así que dejaré aquí a la derecha una encuesta para que escogáis que episodio de Eldarya preferíis que ficcione con mi niña, Cyn.
Como es San Valentín, esta entradita la dedicaré a nuestro beloved Corko y sus andadas mixeado con ese relato de Blue Valentine que también habíais pedido.
Haré otra para hablar de Leif y la situación Eldaryana actural, y otra con el episodio ficcionado.

Os apuesto a que sacan el episodio 19 para frustrar mis planes organizativos, como suele pasar.

Centrándonos de nuevo en el Sanvalentineño relato que nos espera, os introduzco, para aquellas personas nuevas en la materia de mis desvaríos, de qué va esto:
Mi preciosa gardienne tiene un Corko. Un Corko amigo de lo ajeno, especialmente de las prendas ajenas. Allá por los turbulentos comienzos del blog, yo ponía promesas electorales en las entradas de Eldarya, prometiendo desnudar a ciertos maromos de Eldarya a cambio de comentarios me planteo retomarlo. En fin, el caso, el bichito en cuestión le ha cogido el gusto a armarla por el QG y yo os narro sus aventuras, osease, desvaríos varios.
Si no habéis leído ninguno, podéis encontrarlos todos al final del índice de episodios de Eldarya.

Comeeeencemos pues.
Si os esperáis algo romántico, lo siento pero habéis venido al sitio equivocado.
No es porque yo no quiera, es que tengo la glucosa sensible a los cambios de azúcar en el aire. (?)
Ahora en serio, si de verdad queréis un relato romanticón, decídmelo en los comentarios y os compensaré con ello en otra entrada.

"Un 14 de febrero cualquiera....
había pasado ya su tiempecillo desde la última gran hazaña de mi pequeño Corko, y también de mis hazañas personales relacionadas con cierta Navidad y cierto lobito...creo que en el fondo la gente del QG prefería hacer la vista gorda ante mis "deslices" o quizá lo achacasen a costumbres humanas. Fuese como fuese, me daba cierta carta blanca a la hora de hacer algún que otro desaguisado .
Aunque dicho así parece que me pasase el día entero atentando contra la integridad de los habitantes del QG. Y nada más lejos de la realidad. Miiko y los jefes de guardia se habían asegurado de que no tuviese tiempo para ello.

Así pues, Corkito había tenido prohibido el deambular por ahí sin mi supervisión, lo cual debió parecer una idea fabulosa a la Guardia, pero a mi bichito no le hizo mucha gracia. El animalillo resulta ser más listo que algunos miembros de la Etincelante, y ha pasado todo este tiempo fingiendo que se ha reinsertado en la sociedad.
Como su dueña, solo que él disimula mejor.
Tan buen actor es Corky que Miiko decidió levantarle el veto hacía ya unas semanas.
Así pues le di su tan ansiada libertad un 14 de febrero, y yo me fui a poner en práctica mis planes del día, consistentes en amargárselo a Ezarel, darle esquinazo a Nevra y perseguir a Valkyon, respectivamente. Y quizá, si me daba tiempo, ponerle ojitos a Leiftan o a Cameria, porque ya se sabe que no se puede apostar todo a una carta.

Me fui diligentemente a la cocina a poner en práctica el cliché más cliché de la historia de San Valentín: hacer chocolates. Tras un tira y afloja de más de una hora, que acabó conmigo arrodillada ante Karuto jurándole sobre mi tumba que prometía no armar ninguna y dejarlo todo como estaba, conseguí su real permiso para ponerme a trastear entre las cacerolas. Para no eternizarnos contando mis hazañas culinarias, diremos que en Eldarya no existe el chocolate como tal, pero si unas semillas similares que mezclé con otros ingredientes similares. Siendo sinceros, en la vida había hecho bombones en la Tierra, pero no debía de ser tan difícil....
Aprovechando que Karuto no me quitaba ojo, y que parecía darle un infarto cada vez que dejaba alguna cacerola demasiado cerca del borde de la mesa, le pedí que me suministrase el mejor de sus engrudos nauseabundos, porque bueno...también quería hacerle un regalito a Ezarel. Que me matase era cuestión de tiempo, así que mejor intentar matarlo yo antes, o por lo menos, pasar un buen rato a su costa.
Como me sentía inspirada, me deslicé hacia la sala de alquimia mientras el chocolate se hacía y me hice con un somnífero potente para que Nevra no incordiase  y una especie de filtro-de-amor-afrodisíaco-vaya-usted-a-saber  para que Valkyon estuviese más receptivo  que encontré por ahí.
Para resumir el resto de mi estancia en cocina, digamos que de los 100 bombones que hice, unos 40 salieron aceptablemente bien. Karuto no tuvo ningún problema en comerse los 60 restantes pese a su apariencia inmunda. Sus honorarios por prestarme la cocina, había dicho.

Después de pasar por la ducha, me fui con mis bombones sanvalentineños a buscar a las víctimas....los chicos...bueno, lo que sea. Cameria fue la primera con la que me encontré, y como desde hacía tiempo era mi amor platónico, le entregué unos bombones. Me dio las gracias efusivamente y se fue, dejándome un poco destemplada. Yo quería un beso, o algo...enfin.
A lo lejos pude vislumbrar a Leif saliendo del QG, así que eché a correr para pillarlo antes de que esfumase...
con la mala suerte de que Corko también andaba corriendo por ahí y acabamos colisionando. No hubo víctimas mortales, aunque mis bombones, cuidadosamente ordenados para diferenciar los buenos de los envenenados para  Ez los especiales, acabaron por el suelo. A Corko le entusiasmó la idea, y se comió unos cuantos antes de que me abalanzase sobre él y forcejeásemos un rato. Una escena preciosa. Acabé manchada de tierra y hierba, y con una caja de bombones mezclados a lo Ruleta Rusa. Corko por su parte parecía realmente feliz.
Si fuese una persona responsable y madura, habría dejado mi idea peregrina y tirado los bombones antes de dárselos a quien no debía.
Pero me había llevado mucho tiempo prepararlos.
Y seamos sinceros, nunca había sido responsable. Y esa emoción añadida de Ruleta Rusa hacía que se me fuese un poco el romanticismo y prefiriese jugármela a envenenar a Valkyon y drogar a Nevra.

Así pues me sacudí un poco la tierra, cambié mi plan mental de acción, y me fui tras Leiftan como si no hubiese pasado nada. Compuse mi mejor cara de inocencia pura y con ensayada timidez y candidez, le dije que quería reunir a los chicos para darles unos bombones de San Valentín.
A Leiftan, alma pura e ingenua, le pareció una idea perfecta y se ofreció en toda su calidez a ayudarme con mi búsqueda de chicos. Pobrecillo, la idea de poder envenenarlo con la mezcla vomitiva de Karuto me daba un poco de pena....pero no la suficiente para sacrificar mi misión. En esta vida hay que hacer grandes sacrificios para lograr lo que se quiere.

Con su ayuda conseguí que Ezarel saliese de entre los libros que estaba estudiando, y que Nevra me dedicase unos minutitos en su tan apretada agenda de ligoteo del día. 10 citas programadas, tenía. Y presumiblemente algunas más sin programar. Por su parte, Valkyon no sabía ni que día era, y tuvo que hacer el crispante comentario de que "esperaba que tuviese algún bombón para Floopy, porque la quería mucho"....este hombre creo que no ha entendido aún el significado de San Valentín.

Una vez todas mis inocentes víctimas estuvieron reunidas, les comencé a repartir los bombones. Para ahorrarme problemas, les pedí que se los tomasen todos a la vez. No quería que nadie huyese....
Ezarel para mi profunda desgracia, no pareció sufrir ningún efecto grave, lo cual me decepcionó hasta que me di cuenta de que estaba empezando a...hacerme ojitos...
por el Oráculo, NO!
El elfo me miraba fijamente a los ojos, mascullando con voz de genuino asombro, cómo no podía haberse dado cuenta de que "convivía con una criatura tan perfecta y deseable " como yo.Cuanto más se me acercaba con mirada febril y los labios entreabiertos, más palidecía yo, que intenté buscar ayuda en Leiftan.
Para mi ¿desgracia? parecía estar en el mismo estado que el elfo. En circunstancias normales hubiese enfocado la situación de otra forma, porque un Leiftan ofreciendo su amor no es algo que se deba rechazar, pero Ezarel comenzaba a decirme cosas bonitas y me estaba agobiando bastante. "Mi dulce bocadito de miel", "mi diosa ", murmuraba, mientras yo mantenía una mano en su pecho para tenerlo lo más alejado de mi posible. Cuando empezó a darme besos en la mano creo que hasta mis neuronas se asustaron. Leiftan estaba acariciándome el pelo mientras suspiraba, y mi nivel de agobio y la temperatura de la sala crecía por momentos.
 Nevra por su parte había escupido el bombón, dejándome claro que había comido algo inmundo. Se disponía a echar maldiciones sobre mí cuando Corko apareció.
Y aquello fue amor a primera vista.
Por alguna razón, entre los bombones que el animalillo se había tragado había alguno con filtro de amor, y mi pobre bichito vio en Nevra al amor de su vida. Normal, el vampiro siempre había tenido mucho éxito...y Corko no se andaba con remilgos, que se diga. Ya había comenzado a desvestir al vampiro, cosa que hubiese escandalizado quizá a Ez y Leif si tuviesen ojos para otra cosa que no fuese servidora. Así que mis admiradores ignoraron de plano los gritos de Nevra mientras Corko comenzaba, por segunda vez en su vida, a quitarle la ropa. Aunque creo que esta era la primera en la que su dueño la tenía aún puesta...ese animalillo estaba avanzando más rápido que yo, en cuanto a amor se refiere.

Así que, manteniendo los brazos extendidos para alejar lo más posible de mi a los dos sobones,  siendo rodeada por Nevra, que corría en círculos (se ve que el bombón lo había aturdido lo suficiente como para ser incapaz de huir de forma efectiva) mientras Corko lo perseguía como muestra de su amor, eché un vistazo a Valkyon, esperanzada.
Si él se había tomado uno de los bombones con filtro, habría sido todo un éxito, y lo demás, solo daños colaterales.
.....
.....
Valkyon dormía de pie, en el sitio, como un bebé.
Maldito sea el Oráculo.
No sirvo ni para el Mal."

Hecho con una fantástica base de DrawTheSquad : esta de aquí. Click!

Os preguntaréis que pasó después. Después pasó que Miiko entró en la sala y vio la Sodoma y Gomorra en la que se había convertido eso. Aunque gráficamente sería algo más así.
El qué pasó después, lo dejaremos en la oscuridad del olvido.


Weeeeeeellll, esto es todo.
Lo sé, lo sé, el romanticismo brilla por su ausente ausencia.
Me remito a que, si de verdad queréis un Relato Ardiente y Apasionado y Romántico y FiftyShadowsOfGrey, decídmelo por aquí y puede que caiga algo para la Sin Week ya que Clau me lo ha recordado en la entrada anterior xD

En fin, espero que os haya gustado mi desvarío y mis chorradas. No valgo ni para tomarme el San Valentín en serio, de verdah. Perdón por el dibujo pero no pude evitarlo (????)
Whatever, lo dicho, espero que al menos os haya arrancado una sonrisa, y que paséis un buen día. Y si no lo pasáis, pensad que podría ser peor, que podríais tener a un elfo (o inserte aquí al chico que no soportes muy bien) haciéndote ojitos mientras un Corko persigue a tu crush para desvestirlo, por ejemplo.

El Randomdarya volverá en breve con el resto de vuestras peticiones. Y las entradas normalillas también
Así que esto es todo por hoy, lo dicho uwu)/
Seee you~

Y no os paséis con los bombones.
Y si me queréis regalar flores no me voy a negar.
(owo)9