Hi again, queridos míos!
Últimamente no me pierdo ni una fiesta y la pastelada del día de San Valentín no iba a ser menos. El año pasado os traje un relato de San Valentín de Eldarya Origins, que podéis leer aquí si no lo habéis hecho y si os quedáis con ganas de más amor~
En fin, al lío. Primerísimo de todo quiero agradeceros a todos los que votasteis en la encuesta que puse en Twitter sobre la ambientación del fic y sobre el protagonista del relato. Gracias por aguantarme, os quiero mucho. Para los que no me seguís en Twitter, os resumo: dejé que el pueblo decidiese sobre QUIÉN iría el fic y el pueblo eligió el PECADO. Contra todo pronóstico el resto de personajes pasaron a un segundo plano y Lance y Valkyon empataron para horror de unos y regocijo de otros y para mi personal nerviosismo.
Pues bueno. De eso va el fic. Valkyon x Gardienne x Lance. Que más que San Valentín esto parecerá Sodoma y Gomorra Halloween.
Como ya sabéis de sobra, no soy muy dada a escribir romance dulzón y esas cosas, a lo que se une que me habéis puesto en la tesitura de escribir una relación poliamorosa/trío, pero os prometo que he puesto hasta la última fibra de mi ser en escribir esto. De verdad, I've tried so hard, así disculpadme si no está a la altura de la expectativa, llevo AÑOS sin escribir romance.
Pese a todo, sabéis soy yo y sigue siendo mi Gardienne, así que no he podido evitar meter un poco de comedia porque la vida ya es bastante seria como para encima hacer de esto un drama. Sin más spoilers, espero que disfrutéis de este fic, primero de su naturaleza, y que no me juzguéis muy fuertemente porque es la primera vez que escribo algo así.
Disclaimer: liencias artísticas, poéticas, históricas y románticas a punta pala. Y lemmon.
En fin, al tema, espero que os guste <333:
Eldarya San Valentín 2022
La vida en el QG se había vuelto últimamente interesante, por decirlo de forma delicada. Eldarya seguía en lento declive debido a los portales con la Tierra, y seguían apareciendo por allí y por allá portales, objetos terrestres y demás. Todo aquello era obviamente bastante grave y tenía a la Guardia bastante ocupada, a Nevra más agresivo que de costumbre y en general, a todos menos receptivos ante mis planes. Por lo que, por mi propio bien, decidí prescindir de celebrar San Valentín, no fuese a ser que se lo tomasen a mal y me lanzasen por el próximo portal que se abriese cerca del QG. No obstante, no tuve tiempo a aburrirme: entre portales, caballos y objetos terrestres apareció otra cosa. Memoria.
No dejaba de ser extraño que volviese a aparecer, de la nada, igual que se había esfumado cuando Leiftan y yo habíamos despertado. Inicialmente al revuelo habitual se añadió la teoría de que podría ser una especie de evento profético y que quizá Leiftan y yo tuviésemos que enfrentarnos a algún peligro próximo o simplemente volviésemos a desaparecer. Tras unos días de tensión, en los que el muchacho y yo seguimos existiendo sin aparente problema, se decidió organizar una expedición a la isla. Decliné la oferta a ir porque aquel lugar nunca me había traído alegrías precisamente, y dada mi tendencia a ser víctima y objetivo de todas las desgracias que acontecían en ese mundo, prefería quedarme tranquila en el cuartel. Al no estar clara la relación entre la isla y los aengels, nadie objetó nada y Lance, Nevra y un par de guardianes más fueron a investigar.
No dejaba de ser extraño que volviese a aparecer, de la nada, igual que se había esfumado cuando Leiftan y yo habíamos despertado. Inicialmente al revuelo habitual se añadió la teoría de que podría ser una especie de evento profético y que quizá Leiftan y yo tuviésemos que enfrentarnos a algún peligro próximo o simplemente volviésemos a desaparecer. Tras unos días de tensión, en los que el muchacho y yo seguimos existiendo sin aparente problema, se decidió organizar una expedición a la isla. Decliné la oferta a ir porque aquel lugar nunca me había traído alegrías precisamente, y dada mi tendencia a ser víctima y objetivo de todas las desgracias que acontecían en ese mundo, prefería quedarme tranquila en el cuartel. Al no estar clara la relación entre la isla y los aengels, nadie objetó nada y Lance, Nevra y un par de guardianes más fueron a investigar.
Pese a que me había prometido no alterar más la vida del cuartel, algo dentro de mí se moría ante la perspectiva de que las festividades pasasen sin pena ni gloria. Además era San Valentín, demonios. Seguro que podía hacer alguna pequeñez que no llamase mucho la atención...sobre todo ahora que los dos grandes impedimentos en mis planes, Lance y Nevra, no estaban por allí para aguarme la fiesta y gritarme, respectivamente.
Me dejé caer por el laboratorio para investigar mis posibilidades. No obstante Huang Chu me caló bastante rápido, y cuando me vio leyendo las etiquetas de los frascos que ocupaban el fondo de los estantes y que por tanto no se solían utilizar, me echó de allí sin mayores miramientos alegando que aquel no era lugar para alguien de mi guardia. Koori, que en aquel momento se encontraba preparando algunas hierbas y dándome conversación, me lanzó una mirada curiosa mientras la feng huang me echaba de sus dominios.
Así que supuse que la kitsune había sido la mente perversa que había dejado convenientemente sobre mi cama un libro sobre pociones, ungüentos y demás encantamientos que actualmente no era "legal" realizar. La lectura me tuvo entretenida unos días, y aunque me parecía increíble que no supiese que existía dicho tratado, a la hora de la verdad todo lo allí listado era prácticamente irrealizable. Supongo que para evitar que cayese en manos indeseadas -como era el caso - las recetas estaban incompletas, solían faltar 2 o 3 ingredientes cruciales, y en general el libro solo describía los efectos de las mismas y cómo remediarlos en caso de verse afectado, pero no cómo hacerlas. Era una auténtica lástima, con aquel libro tendría material para animar todas las festividades durante los próximos siete años...aunque de hacerlo, seguro que me expulsaban antes. Resignada aunque satisfecha por haber ampliado mis conocimientos en el campo de la maldad, copié un par de cosas que me parecieron interesantes y volví a dejarme caer por el laboratorio de forma sigilosa para devolverle el libro a Koori.
-¿Ya está? Sí que lees rápido. -Me saludó la chica al verme aparecer con el valioso tratado.
-Es que era una lectura interesante. - Sonreí, tendiéndole el libro. - ¿De dónde lo has sacado?
La kitsune se encogió de hombros, sonriendo ligeramente mientras medía un líquido rosáceo con un vaso medidor.
-Es del laboratorio. Ya sabes, una obra de consulta.
-Es del laboratorio. Ya sabes, una obra de consulta.
-Mucho no se puede consultar si falta la mitad...-comenté, volviendo a pasearme por los estantes aprovechando que Huang Chu no estaba a la vista. Algunos de los frascos me sonaban de haberlos leído en el libro, pero nada que pudiese utilizar sin la ayuda de otros ingredientes misteriosos.
-Lo sé. Por lo visto el anterior jefe de la Absenta lo hechizó para que la información sensible desapareciese y así evitar...no sé, la verdad. ¿De qué tendría miedo? Nadie usaría ese libro.
Parpadeé un par de veces ante el discurso de la muchacha. ¿Había sido obra de Ezarel? ¿MI Ezarel? "Nadie usaría ese libro".... yo sí, por supuesto. Sin duda alguna, de haberlo encontrado hace siete años. ¿Aquel elfo había hechizado el libro por miedo a que cayese en mis manos? Era increíble las cosas que se podían descubrir.
-Bien jugado, Ez, bien jugado... -mascullé, tomando un frasco al azar para leer su etiquetita. Pude leer algo de esencia de belladona, cosa que me sonaba de las múltiples recetas sobre pociones de amor, así que lo escurrí entre mis ropas aprovechando que Koori me daba la espalda. Aunque seguro que de haberme visto tampoco hubiese dicho nada. ¿Qué podría hacer yo con aquel inocente frasco? Era una verdadera pena que no estuviese en la Absenta, de verdad. En su momento Ez había jugado muy bien sus cartas siendo insoportable para alejarme de la alquimia, cuyo conocimiento me habría convertido en un peligro mucho mayor para la integridad del QG que el que me proporcionaba el saber luchar, cosa que no se me daba especialmente bien.- En fin, pues gracias por dejármelo...aunque no vaya a servir de nada. ¿Por qué lo has hecho?
-Bien jugado, Ez, bien jugado... -mascullé, tomando un frasco al azar para leer su etiquetita. Pude leer algo de esencia de belladona, cosa que me sonaba de las múltiples recetas sobre pociones de amor, así que lo escurrí entre mis ropas aprovechando que Koori me daba la espalda. Aunque seguro que de haberme visto tampoco hubiese dicho nada. ¿Qué podría hacer yo con aquel inocente frasco? Era una verdadera pena que no estuviese en la Absenta, de verdad. En su momento Ez había jugado muy bien sus cartas siendo insoportable para alejarme de la alquimia, cuyo conocimiento me habría convertido en un peligro mucho mayor para la integridad del QG que el que me proporcionaba el saber luchar, cosa que no se me daba especialmente bien.- En fin, pues gracias por dejármelo...aunque no vaya a servir de nada. ¿Por qué lo has hecho?
La chica me dedicó una sonrisa traviesa por encima del hombro.
-Porque siempre me interesan tus planes extraños. -Vertió finalmente el líquido en un recipiente más grande y comenzó a remover con aire aburrido. - Últimamente todo es muy rutinario, venir aquí, preparar pociones, preparar material para cerrar portales...¿no te apetecería hacer algo divertido?
Me acerqué para tomar asiento en uno de los taburetes que había junto a la mesa, apoyando la barbilla en las manos con aire aburrido.
-Sí, pero tendrías que darme más pistas. -Repuse, recordando alguna de las recetas.
-Oh, eso lo dejo a tu criterio, aunque...¿nunca te has preguntado cómo debe ser tener a los chicos comiendo de la palma de tu mano?
Arrugué el entrecejo, recordando a mi pesar la vez que lo había intentado, muchos años antes.
-Sí, pero...no me salió muy bien. No sé si probar de nuevo con eso sería buena idea.
-Oh, así que ya lo habías intentado. - La kitsune me observó complacida mientras trituraba unas hierbas. - ¿Y qué querías sacar con ello?
-Eh...yo...-la mirada escrutadora de la chica hizo que me sonrojase ligeramente. "Que mi jefe de guardia me hiciese casito" no sonaba tan bien dicho en voz alta. Carraspeé. - C-causar el caos, como siempre. Reírme de Nevra, sobre todo.
-Ya...Ahora Nevra no está pero, ¿no te apetecería que lo intentásemos con Mathieu? O con Leiftan. Seguro que es interesante.
Sonreí a mi pesar, porque aunque quizá un poquillo cruel, la idea de hechizar a los dos muchachos era novedosa. Era una pena que Lance no estuviera, seguro que el gran dragón asesino desinhibido y perdidamente enamorado era algo digno de ver.
-De acuerdo, pero no me has dado toda la información que necesito para esta misión, jefa. - Rebatí, enderezándome y adoptando el saludo militar. Koori no parecía comprender muy bien su significado, pero pese a todo rio.
Sonreí a mi pesar, porque aunque quizá un poquillo cruel, la idea de hechizar a los dos muchachos era novedosa. Era una pena que Lance no estuviera, seguro que el gran dragón asesino desinhibido y perdidamente enamorado era algo digno de ver.
-De acuerdo, pero no me has dado toda la información que necesito para esta misión, jefa. - Rebatí, enderezándome y adoptando el saludo militar. Koori no parecía comprender muy bien su significado, pero pese a todo rio.
-Claro. Así no hay forma de que me puedan relacionar con el estropicio que causes...aunque sí...casualmente descubrieses que el ingrediente que falta en la mayor parte de las recetas son violetas diurnas, que casualmente crecen en el claro del bosque...no sería culpa mía.
-Umm preveo que eso no me va a librar a mí de una buena cuando se enteren.
-Oh vamos, Cyn, quien no arriesga no gana. -Canturreó la chica, echando unos polvos a su mezcla que hicieron que una pequeña nubecilla azul se elevase sobre nuestras cabezas.- Y no tienen porqué enterarse....las hormonas se alteran mucho en esta época.
Volví a mi habitación para consultar las notas que había tomado del libro: sabía que había apuntado solo cosas relacionadas con encantamientos de amor y demás, dado que la presencia de San Valentín a la vuelta de la esquina me incitaba a inclinarme por ese tipo de maldades. No obstante, en mi inteligencia, no había anotado los nombres. Ante mi tenía una serie de listas de ingredientes aleatorios que podían dar cualquier resultado. Aquello era arriesgado hasta para mí, así que decidí que lo más sensato era volver al laboratorio, ojear el libro y al menos saber qué iba a preparar.
Que me abriese la puerta Huang Chu con cara de pocos amigos fue un inconveniente importante en mi plan. Acababa de verme salir hacía unas horas y alegando que no era mi guardia, no era mi sitio, y que distraía a Koori -todo cierto, por desgracia - me echó de allí sin mucho miramiento.
De nuevo en mi cuarto, esparcí las casi diez hojas por la cama, analizándolas con ojo crítico como si mis nulos conocimientos en alquimia fuesen a ayudarme a descifrar algo.
A quién pretendo engañar...vamos a ver, lo vamos a echar a suertes, así que...esta misma, tiene pocos ingredientes. Sí, parece fácil, haré esta. Y que sea lo que el Oráculo quiera. Veremos que intentabas ocultarme, Ez.
Que algo tuviese pocos ingredientes por desgracia no garantizó que fuese fácil de preparar. Pese a que Koori me había chivado lo de las lilas diurnas, seguían faltándome dos. Pensé en dejarlo para más adelante, para poder hablarlo con la kitsune y encontrar los ingredientes que faltasen para lo que fuese aquello que iba a preparar. Sin embargo, en uno de mis muchos paseos en busca del resto de elementos, pude escuchar a Huang Hua comentar que probablemente en uno o dos días Nevra y Lance estarían de vuelta. Y la verdad, no tenía ninguna gana de que Nevra la tomase conmigo...una vez más. Tenía solo dos días para divertirme antes de que esos aguafiestas regresasen con más drama, por lo que simplemente mezclé todo lo que pude encontrar, eché las lilas, y en vista de que faltaban más cosas, vertí el contenido de aquel frasco que había robado del laboratorio.
Al día siguiente había logrado convencer a Leiftan y a Mathieu para que comiesen conmigo en el jardín. El plan era sencillo aunque conllevaba cierto riesgo ya que Leif era capaz de sentir mis malvadas vibraciones, por lo que todo dependía de mis dotes como actriz. Solo tenía que llegar al comedor antes que ellos, verter mi preciado y misterioso líquido en una jarra, preparar algo para comer y llevarlo al jardín. Al ser un picnic, no sospecharían nada al verme llegar con la comida y la bebida ya preparadas. El no saber qué efecto iba a conseguir tenía su parte emocionante, aunque suponía que más tarde me caería una buena...si me pillaban. Quien sabe, con la cantidad de cosas extrañas que estaban pasando, quizá podía echarle la culpa al maana alterado y salir victoriosa.
Me costó solo unos minutos convencer a Karuto de que me prestase una jarra y me hiciese unos bocadillos; mientras el sátiro estaba ocupado con la labor culinaria, tomé una jarra y sutilmente vertí mi misterioso mejunje, que por desgracia tenía un levísimo toque rosado que seguramente teñiría el agua, lo cual me podría suponer un problema. Por suerte Karuto me vio pensativa jarra en mano y me comentó que había hecho limonada. Era la tapadera perfecta, así que acabé de rellenar el recipiente con inofensiva limonada y con una cesta en un brazo y la jarra en el otro, salí de la cocina en dirección al jardín. No obstante no fui capaz ni siquiera de salir del cuartel. En la puerta que daba al hall se recortaba una figura que por desgracia conocía bien.
-¡¿Nevra?! - Mi grito sonó ligeramente más agudo de lo normal, y de forma instintiva me llevé la jarra al pecho con ademán protector. ¿Qué demonios hacía aquí? ¿No iban a llegar en un par de días?
El chico siguió caminando hacia mí como si no me hubiese visto, y debió de ser así, ya que no modificó ni un centímetro su trayectoria. Como pude, me aparté en el último momento, pero no logré evitar el choque que al menos sacó al chico de su trance.
-¿C-Cyn? ¿Qué dem...? - Comenzó, completamente desubicado, como si de verdad no me hubiese visto hasta ese momento. En cuestión de segundos recuperó su habitual mueca de molestia.
-¿Ah, puedes verme? Creí que me había vuelto invisible. - Mascullé, apretando la jarra contra mi pecho. El chico no parecía estar escuchándome. Es más, ni siquiera parecía estar viéndome, a juzgar como oteaba el horizonte tras de mí.
¿Qué se le habrá perdido? ¿Serán estos los efectos de la poción...?Espera, si todavía no la he usado.
Olfateé disimuladamente el contenido de la jarra; no olía a nada en especial.
¿Serán los vapores?
-Necesito que...Sabes qué, da igual, apártate. Tengo que hablar con Huang Hua. -No me dio tiempo a obedecer su orden y fui apartada de un empujón nada amable que me hizo trastabillar y ocasionó que unas cuantas gotas de mi preciada jarra fuesen a parar al suelo. Miré con terror el líquido agitado para después clavar mi mirada furibunda en la espalda de Nevra durante unos segundos, antes de resoplar y retomar mi marcha.
-Pero vamos a ver, ¿se puede saber quién se ha muer...- bajo el dintel de la entrada se dibujaba a contra luz la figura de Lance. A su lado había alguien más: su hermano. -...to?
Parpadeé un par de veces pero la imagen no parecía desaparecer, por lo que lancé una miradita de nuevo a la jarra que portaba entre mis brazos.
Tiene que ser esto, ¿Verdad? He preparado vete-tú-a-saber-qué y me he colocado con los vapores. Enhorabuena Cyn, el karma te lo ha pagado. Ahora respira, cierra los ojos y retrocede lentamente hasta...
-¿Cyn? ¿Eres tú, verdad?
La palabra "shock" no hacía ni de lejos justicia al estado en el que me quedé en aquel momento: el volver a ver a Valkyon a centímetros de mí cuando abrí los ojos de nuevo hizo que simplemente el alma abandonase mi cuerpo. La jarra cayó al suelo con un ruido metálico, desparramando gran parte de su preciado líquido. Ni siquiera me di cuenta, ya que el chico se acercaba a mí con una sonrisa tranquilizadora aunque algo incómoda, seguramente porque en aquel momento yo no era capaz de cerrar la boca ni de abrir más los ojos.
-T-tú...y-yo...eh...es...y-o...¿Val...kyon? Eh...eh... -balbucí, sin ser capaz de hilar si quiera dos pensamientos coherentes. ¿Qué estaba pasando? Sin duda era Valkyon. No eran sus ropas habituales, quizá su pelo estaba un poco más largo, pero seguía siendo Valkyon, jamás me equivocaría con eso. El chico avanzó un poco más, acercando una mano tentativa a mi hombro. Seguí el movimiento con la mirada hasta que posó sus dedos sobre mí. -¿Me he muerto yo, verdad? Me he muerto yo o...
-Ha vuelto él. -Me cortó Lance, mientras se acercaba y se inclinaba para recoger la jarra.
-¿Qué? - Le lancé una mirada interrogante a mi actual jefe de guardia. - Quiero decir...¿QUÉ? Pero...pero...pero pero pero...¡estabas muerto!
Acusadora, planté un dedo sobre el pecho de mi antiguo jefe guardia. Valkyon sonrió divertido.
-Veo que no has cambiado nada.
-Qu-quiero...no, ¡EXIJO, una explicación! -mi gritito sonó patético y agudo y que me temblase la voz no ayudaba, pero ya me parecía una proeza que pudiese hablar pese al shock.
-Y la tendrás, Cyn. Verás...-comenzó el muchacho, cuya cálida mano aún estaba sobre mi hombro.
-Creo que primero deberíamos de ir a ver a Huang Hua. - Le cortó Lance, ganándose probablemente la mirada más fulminante que jamás había recibido de parte una muchacha medio catatónica como estaba yo ahora.
-¿En serio, Lance? ¿Tu hermano ha resucitado y me vienes con...? -comencé, lo cual hizo suspirar levemente al interpelado y reír a su hermano, que parecía realmente complacido por vernos interactuar.
-Me alegro de que os llevéis bien. Pero Lance tiene razón, Cyn. Hablaremos después, te lo prometo. -Me dedicó una sonrisa tranquilizadora mientras se separaba de mí. Por mi parte le miré con total desasosiego. ¿Acababa de revivir tras pasar siete años muerto y su prioridad era ir a dar parte a Huang Hua? Volví a escuchar el resoplido de Lance, que acababa de incorporarse, jarra en mano.
-¿Le estás poniendo ojitos?
-¿Q-qué? -Me giré hacia Lance, que me observaba con una ceja alzada. Sacudió ligeramente la jarra y pudo escucharse que aún quedaba algo de líquido en su interior. - ¡Solo estoy hablando con mi jefe de guardia!
-Tu jefe de guardia soy yo. - Rebatió el chico. - Venga, limpia esto por favor.
No pude evitar lanzarle una mirada lastimera a Valkyon, que simplemente asintió divertido y siguió a su hermano, que ya había echado a andar haciéndome prometer que iría a por una fregona para limpiar aquello.
Cualquier recuerdo de mi malévolo plan se evaporó, y todavía bajo los efectos del shock limpié obedientemente el estropicio para irme a mi habitación a esperar por mi explicación.
La explicación que se me había prometido no llegó porque Huang Hua lo consideró un asunto capital y ni mi posición de aengel parecía imponer lo suficiente como para que se me diese una explicación, pese a que grité, pataleé y monté guardia en la puerta del consejo el resto de la tarde. El shock había dado paso a una mezcla de ira y felicidad bastante peligrosa que hacía que me importase bien poco montar semejante numerito. Estuve a punto hasta de hacer pancartas, y más de una vez Nevra tuvo que salir a gritarme y dispersarme. Más tarde me enteré de que él tampoco estaba al tanto de todo aquello y que estaba también algo resentido, pero aunque intenté camelármelo y aliarme con él, el vampiro era demasiado íntegro para mis planes. Por suerte conseguí acorralar a ambos hermanos en cuanto salieron de la sala y con la excusa de que Valkyon necesitaría comer -aunque desconocía si la gente que resucitaba seguía teniendo esas necesidades - los arrastré al comedor para intentar sacar algo en claro. Allí solo me aclararon los pormenores del asunto: Valkyon no había resucitado porque sencillamente no había muerto.
No tenía ni de lejos todos los detalles pero tras la batalla había quedado tan malherido que la mayoría, entre los que me incluía, juramos haberlo visto morir. Ante la imposibilidad de salvarlo se decidió llevarlo a la isla para que al menos muriese en su hogar. No obstante las almas de los dragones tuvieron otra idea, o la isla en sí actuó por su cuenta, pero entró en una especie de letargo similar al nuestro y con el tiempo, despertó. Solo Huang Hua, Miiko y Lance sabían la verdad. Sin embargo, poco después la isla desapareció con él, por lo que no había sido hasta su repentina reaparición que el chico había podido regresar.
No tenía ni de lejos todos los detalles pero tras la batalla había quedado tan malherido que la mayoría, entre los que me incluía, juramos haberlo visto morir. Ante la imposibilidad de salvarlo se decidió llevarlo a la isla para que al menos muriese en su hogar. No obstante las almas de los dragones tuvieron otra idea, o la isla en sí actuó por su cuenta, pero entró en una especie de letargo similar al nuestro y con el tiempo, despertó. Solo Huang Hua, Miiko y Lance sabían la verdad. Sin embargo, poco después la isla desapareció con él, por lo que no había sido hasta su repentina reaparición que el chico había podido regresar.
Durante todo el relato observé al muchacho con una intensidad que ponía nervioso incluso a su hermano, que por otro lado estaba bastante irritable para ser el calmado y taimado dragón que tenía por jefe de guardia.
-Cyn, ya vale.
-¿Ya vale qué? - Repuse yo, dándole un sorbo a mi taza de tila. Ya iba por la tercera.
-Deja de mirarlo así. -Gruñó Lance, para mi sorpresa.
-¿Así cómo? ¡HA RESUCITADO!
-En realidad no he... -comenzó Valkyon, pero yo ya había dado un golpetazo en la mesa.
-¡Si estaba dispuesta a rajarte la garganta por él, ¿no crees que tengo derecho a mirarlo hasta gastarlo?! ¡Me hicisteis creer que estaba muerto!
-¿Ibas a rajarle el cuello? - Preguntó el muchacho, mirándome con curiosidad. Me encogí de hombros, intentando aparentar inocencia.
-A alguien se le olvidó informarme de su cambio de bando. -Comenté con aire ausente, sin dejar de observar al chico. Es cierto que había cambiado, pero no tanto como Nevra. Seguía siendo tan guapo como lo recordaba... Me devolvió la sonrisa y no sé si fue eso, o el efecto de las tres tilas que ya llevaba, pero por primera vez me sentí en paz.
-Ya está bien, Cyn. - Interrumpió Lance, visiblemente molesto. Me giré de nuevo hacia él, sorprendida y ofendida. ¿Y a este que le pasa hoy? Supongo que no todos los días te resucita un hermano pero...por el Oráculo, parece Nevra. Seguro que se le habrá pegado algo de su carácter, demasiado tiempo juntos... - Si no te importa, me gustaría hablar con mi hermano.
-Pues ha...
-A solas. - Añadió, y aunque estuve a punto de replicar Valkyon me dedicó un gesto de cabeza que me instó a tragarme la bilis.
-Por que me lo pide mi querido jefe de guardia. - Rematé, haciendo una inclinación de cabeza hacia el muchacho de ojos dorados, que sonrió algo incómodo.
-Cyn, después me gustaría hablar también contigo. -Añadió Valkyon a modo despedida, a lo que asentí efusivamente.
-Y a mí también. -Apuntó Lance, crispando mi sonrisa. -Ya te puedes ir.
No tenía bastante con Nevra, ¿ahora Lance también se va a poner insoportable? ¿Es algún tipo de balanza kármika? ¿Me devuelven a Valkyon a cambio de hacer a Lance insoportable? ....Creo que me compensa. Aunque preferiría que...
-Ah, Cyn, aquí estás. -Una voz me sacó de mis pensamientos, y de pronto me encontré con Mathieu, observándome con cara de pocos amigos. Vaya, ¿y si no es solo Lance? ¿Y si el precio a pagar por Valkyon es que todos sean insoportablemente...? -Llevo buscándote toda la tarde.
Incliné la cabeza, confusa.
-¿A mí? ¿Por qué? No he hecho nada.
-Sí. Decirme que íbamos a hacer un picnic y después no aparecer. - El chico parecía realmente molesto por el plantón, y supongo que interpretó mi incipiente palidez como un símbolo de culpabilidad, porque su rostro se relajó un tanto. - No quería ser tan brusco, perdona, pero es que...
El chico siguió hablando pero mi cerebro había perdido toda conexión con el plano terrenal mientras retazos de mi plan malévolo volvían a mí. Lo había olvidado por completo. No sólo me había olvidado de la cita con Leiftan y Mathieu, había olvidado la poción, la jarra, el plan...
Oh, por el Oráculo...
-La jarra. - Musité, recordando que todo giraba en torno a ella. Mathieu observaba preocupado mi estado catatónico.
-¿Es-estás bien?
-¿Eh? S-sí...No..., no, no estoy bien. - Musité. ¿Qué había pasado con la jarra? No lo recordaba. Yo no la tenía, eso estaba claro, ¿en qué momento había podido perder...? Cuando apareció Valkyon. -Dis-disculpa Mathieu, no me encuentro bien, voy a...
Y sin acabar la frase me dirigí por el pasillo a mi habitación. ¿Me la había llevado allí? No.
Haz memoria Cyn, haz memoria. Valkyon apareció, te habló y...se te cayó. Es verdad, ¡se me cayó! Tuve que fregar después el suelo, así que...pero la jarra...¿Qué fue de ella? Lance la recogió y ...oh, no. Es-taba vacía, ¿no? Seguro que sí. Tuve que fregar, después de todo. Oh, por el Oráculo, dime que estaba vacía...
Apenas llevaba una hora sentada en mi cama imaginándome todos los posibles escenarios en los que aquella jarra de contenido sospechoso podía haberme metido cuando se escuchó un leve toque en mi puerta.
-¿S-sí...?
-¿Puedo pasar? -La voz de Valkyon llegó a través de la puerta y no pude evitar sobresaltarme. Probablemente me costaría acostumbrarme a su presencia de nuevo...creo que aún no lo había procesado del todo. Una vez respondí, el que había sido mi jefe de guardia entró, cerrando la puerta tras de sí. Con gesto incómodo, como si no supiese cómo comportarse en mi presencia, se plantó ante mí. Me incorporé torpemente.
¿Qué le dices a alguien que acaba de revivir? Bueno, no de revivir pero...
-Te-te veo bien. -El muchacho sonrió, pero fue una sonrisa triste que me partió el corazón. Antes de que pudiese preguntarle nada, me estrechó entre sus brazos. Me tensé inicialmente, pero no tardé en devolverle el abrazo tan fuerte como pude, notando como las emociones reprimidas de todo ese tiempo y el alivio por tenerlo de vuelta, conmigo, amenazaban con desbordarme y caer en forma de lágrimas.
Cuando me aseguré de que tenía mis emociones bajo control, hice ademán de separarme, pero el chico parecía reticente a ello. A duras penas aflojó su abrazo y me dejó ir. Sus iris dorados no dejaban de analizarme, ligeramente febriles. Había algo que no acababa de cuadrarme...Valkyon nunca había sido tan dado al contacto. Quizá algo había cambiado en aquellos años...
-Y...eh...¿qué...querías decirme? - Murmuré, apartando la mirada de su escrutinio. El chico suspiró imperceptiblemente antes de llevar una mano temblorosa a mi mejilla y acariciarla con delicadeza. Mi cara ganó en aquel momento tres tonos de rojo de un solo golpe, lo cual hizo sonreír al chico pero no le motivó a detener sus caricias.
-Nada en concreto. Solo quería estar contigo.
Vale, es imposible que me ponga más roja. ¿Qué demonios está...?
Pareció recordar algo porque de pronto frunció el ceño y retiró la mano, lo que hizo que me diese cuenta de que llevaba demasiado tiempo aguantando la respiración. Tomé aire de forma no muy discreta mientras pensaba con qué podría responder a aquello; sin embargo, no me hizo falta.
-Lance me ha dicho que necesitaba hablar contigo en seguida, pero...prefiero que te quedes conmigo. -Abrí ligeramente más los ojos ante esa revelación, que no era tal si no fuese porque de pronto noté una de sus manos en mi cintura.
¿Esto es lo que pasa cuando resucitas? ¿Pierdes todas las inhibiciones?
-Eh...Val-Valk...-tartamudeé, pero a decir verdad tampoco ofrecí especial resistencia cuando el chico me atrajo hacia sí y hundió el rostro en la curva de mi cuello. Su aliento caliente contra mi piel hizo que se me erizase el vello de la nuca.
-Te he echado tanto de menos. -Murmuró, y sus labios no tardaron en ir sembrando besos desde la base de mi oreja hasta mi clavícula. En parte di gracias a que estuviese concentrado en subirme las pulsaciones y no pudiese ver el tono de rojo que estaban ganando mis mejillas. ¿Qué demonios estaba pasando? Él y yo nunca...bueno, siempre habíamos tonteado un poco pero...bueno, Valkyon nunca había intentado nada de forma tan...directa. Aunque directa seguro que no era la palabra porque mientras seguía hundido en mi cuello sus dedos habían comenzado a deshacer el lazo que mantenía mi top cerrado.
-Durante todo este tiempo...solo he podido pensar en ti, en lo que te necesitaba...-sus manos se libraron por completo de mi top, deslizando los tirantes por mis hombros sin que acertase a oponer resistencia. Tampoco estaba segura de querer oponerla, la verdad. Su boca siguió bajando hasta el nacimiento de mis senos, arrancándome un suspiro que me sorprendió a mí misma, haciendo que reculase de forma inconsciente. Valkyon alzó la vista, buscando mis ojos, y antes de que pudiese decir nada sus labios cubrieron los míos. Primero de forma dulce, apenas un roce, pero rápidamente su lengua se abrió paso entre mis labios, ansiosa. Intenté devolverle el beso pero la necesidad con la que me besaba hizo que me quedase sin aliento rápidamente y tuviese que separarme, jadeando. Apenas tuve tiempo a tomar aire cuando su boca volvió de nuevo contra la mía, y sus manos bajaron hasta mi cintura para recostarme sobre la cama. Cuando volvimos a separarnos, un jadeante Valkyon me observaba desde arriba, su pelo cayendo desordenado a ambos lados de su rostro. Sus dedos rozaron mi mejilla mientras su otra mano deambulaba por mi abdomen hasta mi cintura.
-V-Valk...-comencé, al notar su mano adentrarse bajo la poca ropa que me quedaba puesta. Los dedos que descansaban en mi mejilla merodearon hasta mis labios entreabiertos, adentrándose ligeramente en mi boca. Inspiré entrecortadamente, me costaba pensar. Suspiró cuando mi lengua rozó las yemas de sus dedos y su mano, junto a su boca, se retiró para volver a sembrar de besos mi abdomen, bajando lentamente.
La cordura volvió en mí durante el tiempo suficiente para intentar incorporarme antes de que el muchacho desabrochase mis pantalones. Valkyon, arrodillado ante mi al borde de la cama, volvió a clavar sus iris dorados en los míos, la confusión mezclada con la lujuria.
-¿Qué pasa? ¿No quieres que...? - murmuró, incorporándose de nuevo para sembrar mi rostro con tiernos besos.
-Y-yo...eh...- no sé qué quiero, cómo voy a saber qué quiero si no sé que está pasando, por favor, no me mires así, no me mires así, no....
-Ven. - Con delicadeza posó las manos a ambos lados de mis caderas, levantándome sin esfuerzo alguno para, después de sentarse, acomodarme en su regazo. Su torso caliente contra el mío no ayudaba en absoluto. De nuevo su boca buscó la mía y con delicadeza, casi sin que me diese cuenta, sus manos tomaron las mías y las fueron guiando a través de las correas que mantenían su coraza sujeta.
-Por favor, Cyn...-murmuró contra mis labios, y solo entonces noté que mis manos ya recorrían su pecho desnudo. Sin ser del todo consciente descendí de su boca a su cuello, su clavícula...mis manos seguían bajando, guiadas por las suyas, hasta toparse con su cinturón, comenzando a desabrocharlo con su ayuda. El chico dejó escapar otro suspiro lastimero. - Por favor....te necesi...
Un par de golpes secos en la puerta me hicieron apartarme del chico de un salto.
-¿S...sí? - Mascullé, con voz entrecortada y el corazón a mil.
-Cyn, soy yo. Lance me ha pedido que te diga que te está esperando. Parece algo enfadado, ¿qué has...?
-Eh...ahora voy, solo... -el pomo de la puerta se giró y yo me lancé contra ella, cerrándola de nuevo para recibir una exclamación de sorpresa al otro lado de la puerta. -¡Dile que ya voy! Es-....estoy sin vestir, pero ya...ya voy...
Bueno, eso es casi verdad.
-Eh, vale. Se lo digo, no tardes. - Los pasos de Mathieu se perdieron y entonces dejé escapar un entrecortado suspiro. Carraspeé, me recoloqué bien la ropa, recuperando mi top y atándolo a toda prisa y sin atreverme a mirar a Valkyon a los ojos. Murmuré un "después hablamos" antes de abrir la puerta para largarme de allí. No obstante una mano firme me retuvo por la muñeca.
-No te vayas. - Y aprovechando que aún me encontraba algo confusa, volvió a acercase a mí y a pasar una mano por mi baja espalda.
-E-e-es que es mi jefe de guardia... -musité, sin mucho convencimiento y sin poder apartar los ojos de sus labios. El chico hizo un mohín molesto, atrayéndome más hacia él.
-Yo también lo soy, ¿no me vas a hacer caso a mí? - Susurró, sus ojos brillando casi con lástima.
-Yo...
-¡Cyn, Lance dice que vayas ya! -La voz a través de la puerta me hizo pegar un respingo aún mayor.
-¡DEMONIOS MATHIEU, YA VOY! - Mi grito había sido exagerado dada la tensión que se estaba acumulando en mi cuerpo, así que pese a la expresión de cachorro abandonado que me dedicó Valkyon, me escurrí entre sus brazos y abrí la puerta desaparecer a toda velocidad por el pasillo, antes de que me detuviese de nuevo.
Bueno, Cyn, cálmate, respira...por el Oráculo, esto acaba de ser... ¡No, no, CÉNTRATE! Ahora vas, hablas con Lance de lo que sea que quiera hablar contigo y luego vuelves a tu habitación a...a lo que sea. Oh, por el Oráculo, creo que necesito que me dé el aire.
-Eh, ho-hola...-murmuré, tras llamar levemente a la puerta. Justo en el momento en el que crucé el umbral, algo hizo click en mi cabeza, haciendo que me olvidase por completo del acalorado episodio anterior. Ya sabía porqué Lance quería hablar conmigo, y si era lo que me temía, probablemente la cosa se iba a alargar más de lo esperado y no iba a acabar muy bien para mí. Todo cobraba sentido de pronto: Lance se había llevado mi jarra, había descubierto mi secretito y por eso estaba tan arisco. Seguramente había querido ahorrarse el numerito de abroncarme delante de su hermano, pero ahora me esperaba una buena.
Creo que hoy no podré acabar lo que...oh, Cyn, céntrate, demonios. Ha...has esperado siete años, puedes esperar un par de horas o...
-Pasa. -El muchacho, de espaldas a mí, parecía estar revisando alguna especie de pergamino extendido sobre la mesa de la forja. Sin girarse si quiera hizo un ademán con la mano señalando una silla que había cerca de él. - Siéntate.
Obediente, me acerqué y tomé asiento, juntando las manos sobre el regazo mientras componía la expresión más inocente que era capaz de recrear. Cosa difícil teniendo en cuenta que mis pulsaciones estaban aún lejos de volver a su ritmo normal. El chico seguía absorto en sus quehaceres, y los minutos pasaban en silencio haciendo que mi nerviosismo creciese. Si aquello era una técnica avanzada de interrogatorio para hacerme confesar de puro nerviosismo, acababa de conseguirlo.
-¿Vas a regañarme por la jarra, no? -Musité con un hilillo de voz. -Escucha, sé lo que estás pensando, pero si pudieses retrasar mi castigo, digamos...¿una hora? Prometo que lo asumiré sin rechistar, pero es que justamente ahora mismo estaba... ocupada y...
El chico, inclinado sobre el pergamino y con ambas manos sobre la mesa, se giró hacia mí.
-¿Jarra?
Parpadeé un par de veces. ¿Qué más confesión necesitaba?
-La que llevaba, la que...se me cayó y... -Lance alzó una ceja, escéptico.
-No voy a regañarte porque se te haya caído una jarra. - Repuso. Aguanté la respiración durante unos segundos, esperando algún "pero" seguido de una buena reprimenda tipo "pero sí por intentar drogar a alguien", pero no llegó. Al verme fuera de peligro, exhalé un suspiro de alivio que sorprendió al muchacho, cuya expresión se suavizó un tanto. - ¿Esa es la imagen que tienes de mí?
-Es que...¿espera, qué? -Mascullé, sin comprender de todo a qué venía aquella pregunta. Lo miré desconfiada, volviendo a enderezarme en mi silla. Algo se traía entre manos y estaba claro que no podía bajar la guardia. El muchacho por su parte suspiró, dejó de lado el pergamino y se plantó de brazos cruzados ante mí. Aquello no contribuía a disminuir mi sensación de ser una niña apunto de recibir una reprimenda.
-¿Crees que te regañaría por eso?
Fruncí el ceño, sin tener muy claro si aquello era una pregunta trampa.
-N-no pero...bueno, eres mi jefe de guardia y...-la expresión del chico se endureció, aunque en realidad no había dicho nada malo.
-Todavía no confías en mí, ¿es eso?
-Yo no...-comencé, sin saber a qué venía aquel interrogatorio.
-¿Por qué, Cyn?
- Hoy estás un poco raro...¿no? -Mi voz se fue convirtiendo en un murmullo, pero el comentario llegó hasta sus oídos y el chico resopló con exasperación mal disimulada. No obstante, se llevó las manos a las sienes, masajeándolas durante unos segundos.
-Tienes razón. -Concedió, calmándose ligeramente. - No, sé qué me pasa, pero...
-Oh. -La total realización de que quizá yo fuese la culpable me abofeteó de pronto. -Eh, Lance...por casualidad...¿había algo en esa jarra?
El chico volvió a fijar la mirada en mí, escéptico.
-Limonada. ¿No sabías lo que llevabas?
-Eh...sí, verás, es gracioso porque...¿no te la habrás bebido, no? -Lance inclinó levemente la cabeza, visiblemente cada vez más frustrado por la aparente banalidad de la conversación.
-Sí, nos la acabamos mi hermano y yo. ¿Se puede saber qué tiene esto que ver?
-Eh...-vale, ahora todo tiene un poco más de sentido. Ahora solo tengo que huir y rezar para que... - Verás, Lance, pu-puede que...yo tenga la culpa de que estés tan raro...
-Lo sé.
Parpadeé, confusa ante la naturalidad de su respuesta.
-¿Lo sabes?
-Sí, sé que es culpa tuya. No me ha gustado ver como actuabas con mi hermano.
La sorpresa dio paso a un ligero sentimiento de ofensa que eclipsó todo lo demás; ¿quién era él para...? Bueno, era el hermano de Valkyon, de acuerdo, y mi jefe de guardia, está bien, pero eso no le daba derecho a juzgar mi relación con su hermano...o bueno, lo que fuese que tuviésemos. No pude evitar la ironía en las palabras que pronuncié tras cruzar los brazos sobre el pecho, defensiva.
-¿Qué pasa, tienes miedo de que te lo quite? ¿De quedarte sin él? -Sin previo aviso, el muchacho se inclinó sobre mí, apoyando una de sus manos en la pared contra la que descansaba mi silla.
-No. De quedarme sin ti.
Qué.
Los labios del muchacho se curvaron en una leve sonrisa de satisfacción ante mi total desconcierto, por lo que por un momento pensé que era todo una broma. Pero nunca había visto a Lance bromear.
-¿Qué es lo que ves en él? ¿No te sirvo yo? Sigue siendo el mismo que hace siete años, Cyn. -Murmuró, su aliento haciéndome cosquillas en la oreja, mientras disminuía poco a poco la distancia entre sus labios y mi piel. - Pero yo he cambiado, ¿no vas a dejarme demostrártelo?
Intenté retroceder pero era una tarea complicada estando sentada en una silla y con el cuerpo del muchacho imposibilitando que me levantase. Antes de que se acercase más, posé firmemente las manos en la coraza de su pecho.
-Lance, creo que no... - comencé, pero aquello no evitó que el dragón se inclinase más sobre mí, causándome un escalofrío al notar su áspera lengua recorrer todo mi cuello. Noté sus dientes hacer una mínima presión cuando llegaron a la piel de mi clavícula, arrancándome un gemido involuntario, pero el chico lo ignoró y chasqueó la lengua molesto mientras se apartaba.
-Has estado con él, ¿verdad? -El tono acusador del chico me sorprendió, pero no tuve tiempo a replicar. Agarrando mis manos, que aún descansaban sobre su pecho, tiró de mí sin muchos miramientos para levantarme de mi asiento, antes de sujetar mi barbilla para obligarme a mirarlo a los ojos. - No pasa nada, haré que cambies de opinión.
De una patada experta apartó la silla que ahora descansaba tras de mí y su cuerpo me acorraló contra la pared mientras su lengua se abría paso agresivamente entre mis labios. Pese a la rudeza inicial rápidamente el beso se tornó mucho más pasional y me sorprendí a mí misma devolviéndoselo a duras penas, ya que pese a todo me costaba seguir su ritmo. El muchacho lo notaba, lo que hizo que se les escapase un suspiro divertido mientras se separaba para observarme.
-E-espera, Lance...-jadeé, volviendo a colocar las manos en su pecho, intentando separarlo, pero solo hizo que me dedicase una sonrisa ladina.
-¿Quieres que me la quite? -Repuso. Azotada retiré las manos, pero el chico las interceptó y las sujetó fuertemente por encima de mi cabeza solo con una de las suyas, mientras clavaba los dedos de la otra en mi cintura. - Pídemelo.
-N-no, de verdad, no creo que... - comencé, pero sus labios volvieron a tragarse mis palabras. La mano que descansaba en mi cintura comenzó a serpentear por debajo de mi pantalón. Antes de que pudiese si quiera pensar en juntar las piernas, una de sus rodillas se plantó entre ellas, presionando ligeramente mi entrepierna mientras sus dedos se deslizaban curiosos bajo la tela. El gemido lastimero que se me escapó hizo que me sonrojase y el muchacho, satisfecho, soltó mis manos que de forma totalmente inconsciente fueron a parar a su cuello mientras mi mirada bajaba para observar su mano hundida entre mis muslos.
-¿Quieres que siga? - Murmuró tentador contra mi oído, mordisqueando levemente el lóbulo. Me estremecí, intentando recordarme que todo aquello era culpa de mi experimento alquímico y que por muy tentador que resultase, aquello no podía acabar bien. Tomé aire profundamente para intentar aclarar mi mente.
-N-no, nos pueden ver y... - comencé, y mágicamente cualquier rastro de sus dedos sobre mi piel desapareció. No obstante, la cosa no duró mucho. Antes de que pudiese siquiera parpadear, el muchacho ya había pasado uno de sus brazos bajo mis piernas y tomándome en volandas, salió de la forja. Roja hasta las orejas y con un pánico incipiente, clavé las uñas en sus hombros. -¿Q-qué...? E-espera...!¡Bájame, nos van a ver...!
El chico me sonrió con tranquilidad y no sin cierta expresión irónica en el rostro, sin dejar de avanzar en dirección a mi habitación.
-Que nos vean. Así mi hermano sabrá... - las palabras del chico se quedaron en el aire cuando, al llegar ante la puerta de mi habitación, Valkyon salió de ella.
Oh, créeme que algo sospechará.
Pese a que mi alma estaba a punto de abandonar el plano físico, Lance simplemente dejó escapar una risa divertida antes usar la mano que descansaba en mi espalda para girar mi barbilla hacia su rostro y robarme un beso.
Ya está, ha sido bonito mientras duró.
-¿Lance, qué demonios...? -La voz del chico, al principio sorprendida, fue ganando en dureza con cada sílaba. Su hermano todavía tuvo el detalle de plantar otro beso en mi cuello antes de sonreírle.
-Me alegro de que hayas vuelto, hermano, pero no iba a dejar que te me adelantases.
-Eh...chicos... -murmuré, aunque mi posición de fardo confuso no ayudaba mucho a llamar su atención.
-¿Qué te hace pensar que no lo he hecho? -Repuso el chico, haciendo que su hermano frunciese el ceño y yo volviese al que ya debía de ser mi tono de rojo natural.
-Apártate. Luego hablaremos de eso, ahora estoy ocupado. - Y sin mucho miramiento mi actual jefe de guardia se abrió paso y entró en mi habitación, posándome por fin sobre mi cama. Para su desgracia Valkyon entró tras él, cerrando tras de sí.
-Lance, déjala. -La voz del chico sonaba inusualmente dura, y juraría que nunca lo había visto enfadado hasta tal punto. Su hermano se limitó a poner los ojos en blanco antes de encararlo. La cosa se estaba poniendo tensa y aunque una pequeña parte de mí estaba disfrutando secretamente con la escena, no dejaba de ser culpa mía que...bueno, estuvieses como estaban. Seguro que cuando se les pasase el efecto de aquello que había preparado, a todas luces algún tipo de afrodisiaco, me iba a caer una buena...así que lo mejor sería que evitase que la cosa fuese a mayores. Además, no dejaba de sentirme culpable por hacer que dos hermanos que acababan de reencontrarse estuviesen a punto de pelearse...aunque bueno, en el fondo tenía su atractivo.
No, Cyn, no, céntrate. Tendrás suerte si después de esto te dirigen la palabra...o bueno...¿y si no se lo cuento...?
-Eh...chicos...- comencé de nuevo, pero al no conseguir llamar su atención, me limité a darle un tirón del brazo a Lance, que era el que tenía más cerca. Logré mi objetivo, que era captar la atención de los dos. Tragué saliva. - No...no os peleéis, ¿Vale? Seguro que...podemos resolver esto...Quizá lo mejor sea que os vayáis cada uno a...despejaros y después hablaremos sobre...
Lance posó su mano sobre la mía, que aún sujetaba su brazo. Con cuidado la retiró y se la llevó a los labios, antes de atraerme hacia él, girarse y dejarse caer sentado en la cama conmigo entre sus piernas. Valkyon frunció el ceño pero no hizo ademán de moverse.
Volví a tomar aire entrecortadamente, dispuesta a intentarlo de nuevo.
-Mi hermano y yo no vamos a pelarnos, ¿verdad Valkyon? - Musitó el muchacho contra la curva de mi cuello. El interpelado suspiró, pero finalmente asintió y se acuclilló ante mí.
-No. No tienes por qué preocuparte, Cyn. - Repuso, con tono tranquilizador, mientras una de sus manos acariciaba mi mejilla. Asentí levemente, e intenté incorporarme, pero el muchacho a mi espalda me sujetó firmemente contra su pecho. Noté de nuevo sus labios en mi cuello. La mano de Valkyon volvió a abandonar mi mejilla para tirar con aire ausente del lazo de mi top, abriéndolo de nuevo.
-Después de todo lo que hemos pasado no vamos a discutir por esta nimiedad. Siempre hemos sabido compartir.
FINNNNNN~~
Eeeeeeeeeeeen fin, siento haber dejado esto ahí A MEDIAS, EN LO BUENO, pero bueno, os lo dejo todo a la imaginación (????) porque ya sabéis, es mejor retirarse a tiempo que fracasar (?????). De todas formas espero que os haya gustado, que no hayáis alcanzado los niveles de vergüenza ajena que he alcanzado yo escribiéndolo, y que no seáis muy duros con mi pobre persona, que no sabe escribir romance y menos, porno.
Os juro que quería escribir algo con trasfondo y sentido y lo he escrito, pero me pareció que era dramático en demasía para la festividad de San Valentín. Como ya está escrito, os lo subiré en breve, así que si alguien se ha quedado con ganas de un verdadero dramón romántico, stay tunned!
Esto es todo por el momento~
Esto es todo por el momento~
See you!
hello, por aqui encantadas, me rei mucho la verdad como siempre adoro las ganas de hacer planes macabros de cyn y el apoyo que le da koori.
ResponderEliminarsiempre me admiro de la buena descripcion de los personajes, totalmente acorde a sus personalidades. tal vez nos puedas traer a ezarel de vuelta en algun momento, que ilusion. olvide comentarte en la ultima entrega del fan fic de eldarya pero gracias, llevas la historia mucho mejor y mucho mas interesante y divertida que la original.
y tener a valkyon un ratito de vuelta, un sueño la verdad.
un abrazoooo
Hola! Pues me alegro de leer eso <3 tomo nota de lo de Ez, no te preocupes, a ver qué se me ocurre~
EliminarMuchas gracias por tus palabras, jo ;; nos leemos!
A mi me encantó el detalle de que Ezarel haya dificultado el proceso de leer las receta pensando en Cyn. Rápido que fue desde mejor no hacer nada para San Valentín hasta, bueno, una pequeñez no haría daño, jajaja. A forma general, las inseguridades de Cyn y la preocupación constante por quién le irá a echar una bronca realmente la hacen relatable. Personalmente no sentí vergüenza ajena leyendo el relato. Me intriga la posibilidad de una segunda parte.
ResponderEliminarEzarel siempre presente porque todos lo echamos de menos (?) Pero tienes razón, el cambio de planes fue veloz, la tentación era demasiada <3
EliminarNo sabría decirte si habrá segunda parte, pero sí que traeré algo parecido, así que stay tunned (?)
gracias por leer y comentar!
Cerrar así el capítulo es cruel, pero sinceramente te digo que yo habría hecho lo mismo. De todo lo que hay escrito, mi frase favorita ha sido "mi posición de fardo confuso no ayudaba mucho a llamar su atención", me he reido más de lo que debería con esa tontería, y como ruta Valkyon he disfrutado con el relato al completo.
ResponderEliminarUn 10, señorita.
Muchas gracias por tus palabras, me alegro de que me perdones el haberlo dejado ahí y es un placer saber que os hago reír <33 Muchas gracias por leer y comentar!
EliminarSIIII GANÓ EL CAOS!!
ResponderEliminarPero T-T como me dejas en la guinda T-T
ResponderEliminarHay que saber cuándo parar (????)
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