miércoles, 10 de agosto de 2016

Historias de Japón 7: Hiroshima, Miyajima y Takayama

Hi!
Siguiendo con las entradas sobre Japón, hoy hablaré de las tres ciudades que me quedan comentar antes de empezar con Tokio: Hiroshima, Miyajima y Takayama.

Y no me enrollo más, comencemos pues.

Hiroshima.

Bien, empecemos por Hiroshima. 
Hiroshima es mundialmente conocida por desgracia, por ser el lugar en el que cayó la primera bomba atómica durante la segunda Guerra Mundial, un 6 de agosto, creo recordar. 
En fin, para ir a Hiroshima cogimos -cómo no- un tren y desde la estación, un autobús. Uno de los grandes plus de esta ciudad es que está preparada para el turismo, en la medida que cuenta con 2 líneas autobuses turísticos que paran en los lugares más señalados, con lo cual es muy fácil moverse.
En Hiroshima es sorprendente la cantidad de cosas que hay; museo de arte contemporáneo, el Museo de La Paz y todos los monumentos conmemorativos, museo de Historia, del manga....La verdad, hay mucho que ver, y aunque yo solo estuve una mañana, creo que por lo menos le habría que dedicar un día entero.
Además, a pesar de que atrae turismo por su historia, veréis que es una ciudad realmente tranquila.

En fin, tras llegar a la estación cogimos el bus turístico y nos paramos ante el único edificio que había quedado en pie tras la bomba. La bomba atómica había explotado en el aire justo encima de dicho edificio y fue por eso que no acabó arrasado por la honda expansiva como el resto de la ciudad. En fin, quitando su valor histórico, veréis solo un edificio a medio caer con unos andamios para evitar que se caiga del todo, en un parque. 

Tras esto, continuamos por el paseo junto al río, y cruzamos un puente en dirección al resto del parque. Todo el recinto está salpicado con monumentos conmemorativos : a los niños de Hiroshima, a las madres, etc, etc, etc. Es un poco sobrecogedor, es un lugar muy bonito y tranquilo, pero no deja de ser sobrecogedor.
Por poner un ejemplo de los monumentos, os hablaré del de la niña y la grulla. Veréis un gran monumento en cuyo pico hay una niña sujetando una grulla, y esto se debe a que, antes del lanzamiento de la bomba, hubo una niña a la que le diagnosticaron leucemia. En Japón había la creencia de que si doblabas cien ¿o eran mil? grullas, se te concedería un deseo, así que la niña comenzó a doblar grullas para pedir que se curase su enfermedad. Lamentablemente, se produjo el lanzamiento de la bomba y la niña murió antes de acabar. Las grullas que hizo se conservan en el Museo de la Paz.

Luego, está el monumento por excelencia del parque:
Se supone que si te pones en el centro, verás que alinea con la llama que está al fondo, pero yo doy pena como fotógrafa.
En fin, todos estos monumentos conducen al Museo de la Paz de Hiroshima, donde podréis conocer un poco la historia del antes y sobretodo, del después de la bomba atómica: cómo afectó a la ciudad, como fueron los primeros días, cómo fue con el tiempo...tienen objetos, ropas, etc. rescatados de los escombros y una maqueta que muestra el daño hecho por la bomba. También podréis leer historias sobre supervivientes o, como el que leí yo, el estudio de los daños producidos por la radiación en unas niñas. 
El precio de la entrada es simbólico, pero si sois un poco sensibles o estos temas os dejan mal cuerpo, quizá será mejor que no entréis. 
De todas formas, una parte del museo está en restauración, aunque creo que para 2017 el museo al completo abriría sus puertas.
Como curiosidad, nada más entrar os darán una especie de tarjeta, y al final del recorrido hay una zona con tampones de tinta y un par de sellos,para que selléis la tarjeta si queréis. Uno de los sellos representa el monumento que os he puesto arriba, y el otro...no me acuerdo xD Whatever.

En fin, como teníamos solo medio día par ver la ciudad, no vimos ningún museo -mal que me pese-  ni nada más. Cogimos el autobús y prácticamente nos recorrimos la ciudad en él hasta llegar al único "museo" que sí vimos: el Museo del Manga.

Primero, decir que se llama así, pero no es un museo: es una biblioteca exclusiva de manga. Así que, quitando el interés anecdótico de haber estado en una biblioteca de manga, no encontraréis nada tipo museo. Es como una biblioteca normal,con gente leyendo y demás, si bien al fondo tenía una zona con tomos de manga antiguos y demás cositas un poco más "históricas".

Tras esto, al salir del museo nos topamos primero con un abuelito muy majo que nos preguntó -en inglés- si nos gustaba el manga y nos dio un poco de conversación; y después, con otro que nos habló en español. La verdad, guardo buen recuerdo de la gente de Hiroshima solo por esos dos hombres xD Espero que el resto de la población fuese igual de cálida y amable.

En fin, cogimos de nuevo el bus turístico y nos fuimos de nuevo a la estación, para coger un tren que nos llevó hasta Miyajima.

Miyajima.

Miyajima es una localidad costera que...¿ por qué es conocida? Por contar con una isla, Itsukushima con un complejo de santuarios, y el muy, muy mítico Torii en medio del agua.
Una vez llegamos a la estación, compramos algo para comer, pues ya eran las cuatro de la tarde. Si recordáis la entrada sobre la comida que hice hace poco, había un bento que fatídicamente no puede acabarme. Pues fue ese día cuando lo compré. Whatever,salimos y nos dirigimos prácticamente en línea recta al puerto donde se cogía el ferry para ir hasta la Isla. Por el camino veréis tiendas de souvenirs como es habitual, pero también de ¡galletas! O bueno, más bien, pequeños bizcochitos que suelen tener forma de hoja de arce. Por dentro tienen relleno, creo recordar. Es como el dulce típico de allí.

En fin, llegamos al ferry, y no sabría deciros sobre horarios y demás porque tuvimos la suerte de llegar justo antes de que embarcase las dos veces que tuvimos que cogerlo. En el ferry puedes ir dentro sentado, con aire acondicionado, o fuera viendo las vistas. Son a penas 10 minutos, así que aunque intenté comer en ese tiempo, obviamente no lo conseguí. Así que ese día,que encima no había desayunado, sobreviví todo el día solo con un bizcochito de esos. Además, el mío ni siquiera tenía forma de hoja porque había comprado otros redonditos que tenían relleno de mermelada.
....
Trauma a parte, una vez desembarcamos en Itsukushima, lo primero que vimos al salir de la estación fueron...ciervos.
Estáis viendo ciervos en la playa. Ya podéis morir en paz.

De nuevo.
En efecto, en Itsukushima hay ciervos sueltos por la isla, también bastante civilizados aunque no tan sociables como los de Nara. Estos,si bien nos e asustaban y se te acercaban, no eran tantos ni tan insistentes como sus primos de Nara. Además estos no sabían hacer reverencias.

Como sea, nada más salir de la estación, se puede ver el gran torii a la derecha, así que siguiendo el paseo de la playa, nos dirigimos allí. El paseo en sí, es realmente bonito y al igual que Hiroshima, llama la atención de lo tranquilo que está todo a pesar de ser un lugar turístico.

En fin, como decía, nos dirigimos hacia el santuario y el Torii. Escogimos ir por la tarde porque la marea estaba baja, y si bien lo "especial" del torii es verlo en el agua, por lo menos así podíamos ir caminando hacia él. Por cierto, la marea baja realmente mucho xD 

El paseo desemboca en una pequeña plazoleta en la que confluye dicho paseo y otra calle con tiendas de souvenirs y demás, por la que regresamos a la vuelta. En dicha plazoleta veréis un par de estatuas a cada lado de un gran torii de piedra que marca la entrada al recinto del santuario.
El paseo se transforma ahora en una amplia calle de arena con pinos y los típicos pivotes de piedra. 
A partir de aquí, estoy bastante orgullosa de las fotos que he hecho en Miyajima. Agradecédselo a la puesta de sol.
El paseo conduce a la entrada al santuario, pero antes de llegar a él hay escaleras de piedra que te permiten bajar a la arena e ir caminando hasta el Torii. Hablando del santuario, también sería un puntazo verlo con marea alta, pues el santuario está literalmente levantado sobre el agua.

Desgraciadamente, no pudimos visitar el santuario pues ya era tarde y los templos y demás suelen cerrar entre las 5 y las 7 de la tarde. Otro de mis grandes arrepentimientos es no haber visto el santuario.
Pasando a cosas más positivas, sí vi el Torii de cerca. Bajamos por las ya citadas escaleras de piedra y caminamos por el arena mojada, aprovechando la marea baja. 
Es realmente bonito y sobretodo, grande. 
Visto de frente.

Visto desde atrás.
Si os fijáis, las patas del torii están oscuras por la parte inferior. hasta ahí es hasta donde cubre el agua -no creo que llegase a 2 metros. Y no es que no tenga pintura, son las conchas y lapas que tiene pegadas xD Como curiosidad, el torno al Torii veréis monedas por el suelo, y también "incrustadas"o por lo menos, colocadas, entre las lapas de las patas. Presupuse que era para pedir deseos así que también dejé una <'3

En fin, tonterías aparte, una vez hechas mil fotos del torii desde todos los ángulos, retrocedimos sobre nuestros pasos dirección al torii de piedra donde se bifurcaban los caminos. Desde allí se veía, un poco más arriba, una pagoda roja, así que decidí ir a verla. Para ir, hay que meterse por una callejuela desierta y luego subir un tramo bastante importante de escaleras de piedra irregular. Una vez arriba, encuentras una explanada con un graaaaan templo de madera oculto por la espesura, por lo que apenas se veía desde abajo, y una pagoda roja.
Sí, parecerá pequeña, pero tuve que hacer la foto desde el suelo.
 Tras verlo todo por fuera -pues el templo ya estaba cerrado- bajamos de nuevo y callejeamos por...¡calles desiertas! como viene siendo habitual, para llegar de nuevo al puerto y coger el ferry justo en el límite de lo imposible.
De ahí volvimos a Miyajima y desde allí cogimos un tren para Kioto de nuevo.

Takayama.

Ese día era nuestro último día en Kioto, así que nos habíamos levantado temprano para ir a ver el palacio imperial, que oh sorpresa, no vimos porque nuestro tren se retrasó un poco y luego dimos un par de vueltas innecesarias en la estación. Otro arrepentimiento más, debo ver el palacio imperial.
Así pues, estuvimos un rato haciendo tiempo en la estación de Kioto para después coger un tren para Nagoya. Sin embargo, de Nagoya, por no ver, no vimos ni la estación, pues nuestro destino era Takayama.

Takayama es un pueblo de los llamados Alpes Japoneses, en el que hicimos una parada de un día en nuestro viaje de camino a Tokyo. Y diréis, ¿tan largo es el viaje Kioto-Tokyo que hay que hacer noche en el camino? No. Takayama ni siquiera está en el camino XD simplemente, aprovechando que teníamos que hacer ese viaje, decidimos desviarnos para ver otra faceta de Japón; así que tranquilos, se puede ir perfectamente Kioto-Tokyo sin pasar por ahí.

Como decía, desde Nagoya cogimos un tren para Takayama, tres horas de tren con traqueteo entre montañas, bambús, y ríos. Muy bonito todo.
Cuando llegas a Takayama hay que admitir que al principio es un poco decepcionante: lo primero que ves no es más que un pueblo perdido y con aspecto un poco rústico. Luego ya lo vas descubriendo y te das cuenta de que es más una pequeña ciudad que el concepto de "pueblo" que tenemos aquí. 

 En los alpes japoneses hace mucho menos calor, osea es soportable: unos 25, 26 grados. Si bien hay mucha, mucha humedad porque llueve de continuo casi, es una humedad más fresca. Todo es vegetación de un verde esmeralda precioso, cuando digo que es muy verde, lo es. 

Nosotros nos alojamos en un ryokan u hotel tradicional, que quedaba un poco en las afueras del pueblo, pero que era realmente bonito, tanto el ryokan en sí como el entorno. Es más,la ventana trasera de mi habitación daba al bosque un poco de miedo si daba , lo cual era precioso. Hablando un poco más del Ryokan, tengo que decir que era perfecto: te descalzabas y dejabas los zapatos en el hall; en la primera planta se encontraba dos baños públicos tradicionales, uno para hombres y otro para mujeres, y luego otro privado (aun así,cada habitación contaba con su baño, pero por si querías probar la experiencia). Las habitaciones eran para dos personas pero eran inmensas: tenían un hall, como siempre, aseo y bañera separados, y luego una gran habitación en la que estaban los futones, con tv. La colcha de los futones era super, super mullida y calentita y parecía una cama de plumas xD Y a la super habitación, había que añadirle una estancia lateral más pequeña separada por puerta corredera, en la que solo había una nevera. Conclusión: un montón de espacio.

Como todavía era de día, salimos a dar una vuelta por el pueblo. Primero teníamos que bajar hasta el pueblo en sí, lo cual nos hizo recorrer unas carreteras en un entorno del todo rural:

Una vez llegamos al pueblo en sí, resultó ser un lugar muy agradable y prácticamente desierto; es como el típico pueblo de los animes escolares, calles con tiendas y demás, pero nada muy grande. Ya era muy de tarde y a penas había un alma por las aceras. Cenamos en un restaurante tradicional, de esos que tienen el suelo hundido bajo la mesa para que metas los pies, y volvimos a ryokan bajo la lluvia y por una ciudad totalmente desierta. Es alucinante cómo desaparece la gente a partir de las 8 de la tarde.
Por cierto, en Takayama hay algo llamado el Museo de los Ositos de Peluche, que no deja de ser una tienda con muchiíiisimos tipos de ositos, por si os gusta el tema.

Al día siguiente teníamos que coger un tren para Tokyo hacia medio día, así que madrugamos y fuimos a continuar con nuestro turismo por Takayama, que consistía en visitar la Hida Folk Village, o lo que viene a ser lo mismo, una reconstrucción de una aldea tradicional cuyas casas fueron traídas de distintos puntos de Japón, así que sí, las casas son auténticas.

El sitio es bastante grande -no lo vimos entero, mal que me pese.....- y bonito, aunque cuando fuimos, llovía. Consiste en una serie de senderos entre los árboles,que forman una ruta que va de casa en casa. En cada casa hay algo expuesto -ropas, aperos de labranza, dibujos, etc..- y se puede entrar siempre y cuando te descalces. También hay paneles informativos que hablan sobre cada casa en particular, las tradiciones, etc.


No solo es bonito el entorno, si no también es muy interesante ver las casas por dentro: estás visitando una auténtica casa tradicional de las montañas japonesas, con sus habitaciones y demás. Creo que es realmente inspirador.
En fin, tras dejar la visita a medias pues la gente que me acompañaba ya había visto bastante salimos del recinto, fuimos al hotel a por las maletas y el dueño del ryokan, muy amablemente, nos bajó en su furgoneta hasta la estación. Allí dejamos las maletas en una consigna y fuimos a dar una vuelta de nuevo por el pueblo, ahora que sí había gente.
No sé muy bien cómo, abandonamos las calles más o menos "normales", con tiendas y aceras para llegar a otras más tradicionales, con puestos de souvenirs y de comida instalados en pequeñas casas de madera. 

En fin, resumiendo: de día es mucho más bonito, sobre todo por el factor "no parece un pueblo fantasma". Si bien Takayama no es uno de los lugares que se visitaría en una primera estancia en Japón, me ha gustado ver el lugar. Sobretodo por el tema de la temperatura, es un lujazo salir un día y no desear morir antes que soportar el calor de infierno. Es imposible no pensar en los animes escolares que suelen salir por verano, porque recuerda mucho a los pueblecitos de esos animes xDD
Y a pesar de no ser un lugar especialmente turístico, tiene muchas tiendecillas de souvenirs y demás. 

Tras esto, a medio día cogimos un tren de vuelta a Nagoya, y de ahí, a Tokyo.
Del que hablaré ya en la siguiente entrada~

Así que esto es todo por el momento! Siguiente parada, Tokyo! Cada vez veo más claro que lo haré en dos entradas para que no sea como un testamento de largo.
Well, de momento,
see you~~ 





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