martes, 21 de abril de 2020

Randomdarya. Lance


Hi again!

Y diréis, ¿qué demonios es esto? no os falta razón
Bueno bueno,  seguro ya no lo recordaréis porque han pasado MUCHOS meses porque soy un desastre,  pero allá por los albores de los tiempos, cuando se podía salir de casa y vivíamos nuestras vidas, una personita había propuesto esta idea en los comentarios sobre el Fic de la Ruta Lance, y como la idea me pareció buena cómo para no lo sometí a votación y ganó (?)
Así que, casi y sin el casi  8 MESES después, aquí estamos de nuevo con estas cosas pornográficas y calenturientas.
La razón de ser de este fic no es ninguna, a decir verdad, porque ni el juego ni los eventos ni nada nos ha dado pie a que la ruta Lance se asiente, y mucho menos a que haya roce entre el chico y Gardienne, así que esta entrada no es más que resultado de mis y vuestras hormonas alteradas.

So, a los avisos, que me encanta avisar:
-Esta entrada es un FIC de Eldarya (Gardienne x Lance) sin NINGUNA relación con la historia que el juego ha mostrado hasta ahora (si bien intentaré meterlo de forma que tenga sentido con la trama, mantendré su personalidad aunque relajándolo un poco como la última vez). Os recuerdo que me he estancado en el episodio 26 jsjs.
-Esta entrada es un fic R18 de cómo sería una noche pornosa con Lance, al estilo de la primera vez con los chicos en el episodio 20 (que por cierto ficcioné en esta otra entrada: CLICK y podréis leer las escenas porno del episodio 20 llevadas a lo explícito de la mano de mi imaginación).
-Y como siempre os pido perdón porque escribir porno no es que sea mi dedicación de vida, así que igual el relato queda un poco cutre o no es lo que esperabais, y como siempre digo, aviso que es R18 pero quizá habéis visto/leído cosas más hards (?)

-Situémonos un poco (imaginemos que hay Ruta Lance y que esto ocurre después del fic del anterior Randomdarya, en una línea paralela en la que Eldarya no se ha desmadrado aún hacia el drama del episodio 27 en adelante): Lance tiene a gardienne pero no es un Malo Secuestrador sino solo un Alma Atormentada y pues hay chispas entre ellos.
Así que con estas:

  AVISO que a partir de aquí habrá "CONTENIDO SENSIBLE" alias R18 y que si no sois mayores de 18 bueno, mejor no leáis.
A partir de aquí hay contenido +18. Leed bajo vuestra cuenta y riesgo.


-LANCE-

Las noches de mi cautiverio en Memoria se traducían muy a menudo por insomnio.
Al principio, porque el tirón de la cuerda que mantenía atado mi pie a la cama me despertaba cuando intentaba cambiar de postura en mi sueño; más adelante, porque los continuos arranques de Lance me mantenían alerta. Una nunca sabía cuándo aquel muchacho querría que rastrease la isla con él en plena madrugada, siguiendo alguna pista que para mí carecía de sentido.
Los días habían pasado y mi situación ya no era la de prisionera, sino más bien de molesta y obligada carga bajo la responsabilidad de Lance. Mi contacto con el resto de sus secuaces era prácticamente inexistente, debido a un mutuo desprecio que hacía que cada vez que intercambiaba un par de palabras con alguno, la cosa acabase generalmente en trifulca. Así pues, pasaba los días apaciblemente a mi aire, y las noches junto a Lance y la hoguera que mantenía habitable aquel improvisado asentamiento. Debido al tiempo que pasábamos juntos, había comenzado a sentir cierto aprecio por el muchacho, al que intentaba hacer cambiar de idea de forma bastante subliminal mediante distendidas conversaciones nocturnas. Había descubierto que, si bien no era su hermano, podía ser de trato más o menos agradable. Cuando quería.
Creo que habíamos pasado demasiado tiempo juntos.
-¿De dónde has sacado eso? ... ¿Laaaaance? - canturreé curiosa, desde mi acomodado sitio, recostada sobre unas mantas junto al fuego. Había cerrado los ojos durante un apacible rato, pero el frusfrus de las ropas del chico al acercarse a la hoguera me había sacado de mi duermevela. Parecía enfrascado en la lectura de un libro que no había visto hasta ahora entre las cosas de su tienda. Lance me ignoró todo lo que pudo, hasta que uno de los pequeños guijarros que proyecté en su dirección hizo pleno justo en su frente.
-¿Qué demonios quieres? - gruñó, molesto, aunque su cara no trasmitía nada más que su habitual desesperación hacia mi persona.
-¿De dónde has sacado ese libro? No es de los tuyos. 
Lance alzó una ceja, probablemente barajando hasta qué punto había cotilleado sus cosas,y sin mediar palabra y con un temerario desprecio por el bienestar del tomo, lo lanzó en mi dirección. Como era de esperar, el objeto me golpeó ya que desde mi cómoda posición era bastante difícil agarrarlo al vuelo, y mientras me frotaba la mejilla magullada pude escuchar una risa satisfecha por parte de mi acompañante. Me incorporé hasta sentarme y abrí el tomo por una página al azar, esperando encontrarme frente a algún idioma incomprensible. 
Para mi sorpresa, no fue así.
-¿Está en mi idioma? -musité, sorprendida.
-¿Es que acaso no sabes leer? -Lance me miraba con una ceja alzada y una sonrisa pedante en los labios. Hice caso omiso de sus puyas y comencé a hojear el preciado objeto entre mis manos. Parecía hablar sobre las costumbres y tradiciones de Memoria.
-¿De dónde lo has sacado?
-¿De dónde va a ser? Hay una maldita Academia en esta isla, pequeña e ignorante Cyn. -Ya cansado de la conversación, se levantó, me arrancó el libro de las manos y volvió a su sitio. Viendo que no obtendría ningún tipo de conversación aquella noche, y juzgando que no tenía sueño, me incorporé, tomé una lámpara de aceite y eché a andar. 
Lance levantó la vista del libro.
-¿A dónde crees que vas?
-A buscar un libro. - Respondí sin más, y me adentré en el oscuro camino que llevaba a Memoria.

Quizá no ha sido una buena idea, pensé, cuando el tenue resplandor de la hoguera se perdió a mi espalda y la oscuridad de la noche me envolvió.
No, definitivamente no ha sido una buena idea, razoné, bastante sugestionada por las alargadas e informes sombras que la vacilante luz de mi lámpara proyectaba sobre las paredes de la Academia. 
-Todo esto es culpa de Lance. Sí, eso. -Mascullé, más para llenar el inquietante silencio que me rodeaba que por otra cosa. - Por su culpa siempre acabo haciendo estupideces. Como cuando se desmayó y me pateé toda la isla buscando a sus secuaces de pacotilla. Si no fuese por la vida provocando con ese aire de superioridad suyo....
Venga Cyn, cuanto antes encuentres un libro, antes te podrás ir. 
Y con esas, me acerqué a una estantería al azar. Comencé a recorrer las baldas con la luz de mi lámpara, pero casi ninguno de los lomos tenía nada escrito, o al menos nada en mi idioma. ¿Iba a tener que sacarlos uno a uno...?
Justo cuando iba a maldecir sobre la tumba del bibliotecario de aquel lugar, se escuchó un chasquido a mis espaldas.
Contuve el aliento, incapaz de girarme.
Ha sido el viento, Cyn. O una rata...o algún espíritu sediento de sangre que mora en esta antigua biblioteca... 
Esperé, con las sienes palpitantes y el aliento entrecortado.
Nada.
No había llegado a tocar el siguiente libro cuando un nuevo chasquido me sobresaltó.
-Bueno Cyn, ya vale, no es más que...- comencé, pero en aquel momento un delicado soplo sobrepasó mi hombro y apagó mi vela. 
Quizá ya sea un buen momento para entrar en pánico. Genial, voy a morir por ir a buscar un libro a la biblioteca, fantástico.
Inspiré, espiré, y me dispuse a girarme para correr hacia la puerta. 
Pero me choqué contra algo.
-AAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH!
-Pfff...JAJAJAJAAJJAJAA! - La sonora carcajada de Lance inundó el espacio que había quedado tras mi sonoro alarido.
-¿La-lance...? -mascullé, temblorosa. Apenas distinguía su silueta recortada contra la luz de la luna que se colaba por la gran entrada, pero claramente era el muchacho el que estaba ahí, riéndose de mí. Tras reponerme más o menos del susto, la indignación y la vergüenza se apoderaron de mí. - Pero....¡SERÁS IMBÉCIL!
Traté de propinarle un puñetazo en el pecho, pero los reflejos del dragón seguían en guardia pese a que hasta hacía solo unos segundos se estuviese riendo a pecho partido de mí. Sin darme tiempo a reaccionar, retuvo mi golpe sujetándome por la muñeca y se acercó peligrosamente a mí. Retrocedí hasta que mi espalda tocó la estantería.
-Ay Cyn, en ocasiones merece la pena soportar tu insufrible compañía por momentos como este.  -Comentó, disfrutando visiblemente de mi indignación.
-Uy sí, qué gracioso, ¿no? Muy impresionante por tu parte, el malvado dragón asesino asustando por la espalda a una humana indefensa. -Escupí, aunque para mi desgracia me tranquilizaba bastante saber que no estaba sola.
Lance apretó ligeramente el agarre sobre mi muñeca, acercándose aún más. Su aliento me rozó la mejilla.
-Creo que no estás en posición de hacerte la listilla ahora mismo.
Ya estamos otra vez.
-¿Ah no? -Intenté imprimir en mi voz toda la confianza que mi reciente taquicardia podía permitirme, ya que en la oscuridad seguramente no se podía apreciar mi ceño fruncido. A veces me cansaba ese continuo halo de superioridad que coronaba todas sus intervenciones.
Con un gesto rápido llevó mi muñeca contra la estantería. ¿Con que esas teníamos? Íbamos a ver hasta donde llegaban sus insinuaciones.
-Qué miedo. -Mascullé con tono airado. -¿Eso es todo lo que sabes hacer?
Noté una ligera crispación en sus dedos, como si de verdad no se esperase que la muchacha que acababa de gritar por un simple susto por la espalda estuviese ahora retándolo.
-Créeme, no te gustaría ver todo lo que sé hacer.
-Quién sabe. - Mi murmullo descolocó al chico, que soltó de pronto mi muñeca.
Interesante...¿y si...? No, no, ¡¿Cyn?! ¿Se puede saber en qué demonios piensas?!
Intentando mantener mi apariencia resuelta, coloqué las manos sobre el pecho del muchacho y lo empujé ligeramente para abrirme paso. A penas había dado un par de pasos en dirección a la salida cuando Lance me retuvo de nuevo, esta vez por el brazo, obligándome a encararlo una vez más.
-Suéltame.
-¿Y si no quiero? -La voz ronca del dragón, inusitadamente baja, me pilló por sorpresa.
-No todo en esta vida es lo que tú quieras. -Rebatí, esperando que pudiese apreciar mi mirada desafiante pese a la oscuridad que nos envolvía.
Sin demasiada ceremonia, tiró de mí hacia él.
Cyn por el amor del Oráculo, ¿qué-demonios-estás-haciendo?
-Humana, no sabes a lo que estás jugando.
-¿Oh? ¿Ahora vuelvo a ser "humana"? ¿Te he puesto nervioso? 
Un nuevo tirón me pegó a su pecho, mientras su mano libre paseaba un dedo por la comisura de mis labios.
-Hace falta mucho más que tú para ponerme nervioso. -Susurró, con cierto tono de amenaza que no parecía cumplir su función, sino más bien retarme. - Ahora, largo de mi vista antes de que me lo piense mejor.
Vamos a ver si es verdad.
-¿Antes de que te pienses mejor...?
-Antes de que me piense mejor cómo entretenerme esta noche.
-Umm...-murmuré, y sin pensar realmente lo que hacía, reduje a nada los milímetros que nos separaban y presioné mi boca contra la suya, primero tímidamente, después con cierta seguridad tras ver que el chico no me empujaba lejos de él. Noté su sobresalto y la crispación en la mano que sujetaba mi brazo, pero para mi sorpresa el muchacho respondió con fiereza a mi beso. Cuando nos separamos la tenue luz de la luna me permitió ver el ligero desconcierto en su mirada.
-¿Ves? Te he puesto nervioso. - Canturreé, y aprovechando que la turbación le había hecho bajar la guardia, me libré, una vez más, de su agarre, que sin embargo se cernió rápidamente sobre mi cintura, impidiéndome escapar con dignidad.
Durante unos segundos no se escuchó nada más que su respiración entrecortada. Una de sus manos abandonó mis caderas para subir por mi espalda hasta mi cuello.
-Esta es tu última oportunidad para dejar este jueguecito, Cyn. Estás a tiempo de marcharte. -Por el tono de su voz comprendí que aquella era su forma de pedirme permiso para...¿continuar? En el fondo, tras todas esas capas de superioridad y frialdad, no era un mal chico. Paseé la mirada por la suya, por primera vez ligeramente desubicada y expectante. No pude evitar sentir lástima, ¿cuánto tiempo llevaría solo? Seguro que era la primera vez en mucho tiempo que alguien le mostraba algo parecido a cariño. Quizá necesitase a alguien....o quizá sintiese algo por mí...deseché la idea rápidamente, aunque, ¿sentía yo algo por él...? Concluí que ese no era el momento de pensar en aquello y desterré el pensamiento lejos de mi cabeza. Ya habría tiempo para complicarse con eso.
Le sonreí de forma despreocupada, llevando mi mano a su mejilla.
-Creo que me gusta este jueguecito. -Musité, y para dar más seguridad a mis palabras volví a llevar mi boca contra la suya. Lance no se hizo de rogar, y la apremiante necesidad de su respuesta encendió el deseo en mí. Quizá todo eso no había sido tan mala idea...
Me separé, jadeante, y sin esperar nada más el chico llevo su lengua a mi cuello. Un estremecimiento recorrió mi espalda, pero de pronto mi compañero se detuvo en seco. Antes de que pudiese preguntar nada, noté como me elevaba del suelo, en volandas, y me llevaba fuera de la Academia.  ¿Se lo habría pensado mejor...? ¿Estaría solo riéndose de mí, una vez más?
Conforme nos acercábamos a la salida pude ver una sonrisilla de satisfacción en su rostro, probablemente como respuesta a mi confusión.
-No es divertido si no puedo ver tu cara, humana. -Sentenció con voz altiva, mientras hundía momentáneamente su cara en mi cuello, recorriéndolo con la lengua hasta dejar un leve mordisco en el lóbulo de mi oreja.  Muy a mi pesar, un pequeño gemido escapó de mis labios, causando que Lance sonriese satisfecho.
-¿A dónde vamos? -Pregunté desde mi posición de fardo, algo sorprendida de que el muchacho no me hubiese soltado aún.
-Al campamento.
-¿Qué? - Dejé escapar, de forma más estridente de lo que esperaba. - Pero...puede que nos...
Lance arqueó una ceja.
-¿Ah? Vaya, vaya, Cyn... quién habría dicho que la tierna humana fuese tan... -comenzó, disfrutando de mi perturbación. Le propiné un leve manotazo en el pecho, intentando de paso que me soltase. El dragón solo se rió, y bajando de nuevo la voz, susurró: - tendrás que controlar esa vocecita tuya entonces.
Aquello ya era más de lo que podía soportar. Forcejeé hasta que al chico no le quedó más remedio que soltarme, y una vez con los pies en el suelo, me planté firmemente ante él. De ninguna manera iba a ir al campamento, esas tiendas de tela no eran....lo mejor para ese momento.
-El campamento está lejos. - Sentencié, e intentando aparentar lo más seductora posible, recorrí lentamente la coraza del muchacho con las manos, bajando peligrosamente. Mis labios buscaron los suyos pero lo que salió de ellos no fue un beso. - Aquí. Ahora.
Sonrió, posiblemente complacido por mi hasta ahora desconocida capacidad de tomar el liderazgo, y capturó mis labios en un beso ávido y voraz que me hizo olvidar por completo dónde y con quién estaba. Sus manos empujaron mi cintura contra la suya y procedieron a revolotear bajo mi camisa. Aproveché el breve momento que nos separamos para tomar aire para tirar suavemente de él, intentando sacarle del camino. Sus manos sin embargo se cernieron firmemente sobre mi cintura, y su tibio aliento cosquilleó mi oreja.
-¿Desde cuándo crees que puedes darme órdenes, Cyn?
Antes de que pudiese siquiera reaccionar, Lance me elevó del suelo, cargándome esta vez sobre su hombro.
-¡Hey! - grité, pero el chico hizo caso omiso de mis quejas, continuando su marcha. - Umpf, ¿qué ha sido del dragón reaccionario e impaciente que...?
-Verás - me cortó, y la mano que no me sujetaba sobre su hombro comenzó a recorrer mi pierna hasta alcanzar peligrosamente mis muslos, haciéndome dar un respingo. - Sé ser paciente cuando la situación lo requiere.

Lance me soltó no muy cuidadosamente sobre el catre de su tienda, peligrosamente situada en el centro del campamento. Era bastante posible que mi expresión de ligero pánico fuese el desencadenante de su carcajada. Comenzó a quitarse la oscura coraza que cubría siempre su pecho, y una vez desnudo de cintura para arriba, volvió a dedicarme una sonrisa de superioridad. Sentándose junto a mí sobre la cama dejó su mano deambular por mi torso hasta mi barbilla, mientras me dedicaba una mirada a medio camino entre la depredación y la diversión.
-No suelo ser tan benevolente, pero me has hecho pasar un buen rato. Si quieres dejar de jugar a hacerte la valiente, esta es tu última oportunidad para marcharte.
Tragué saliva. ¿Quería marcharme?
....
No.
Me incorporé ligeramente, y por toda respuesta comencé a quitarme la camisa, haciendo que el muchacho me mirase con interés renovado. Apenas había sacado la prenda cuando de un empujón volvió a tirarme de nuevo en el catre, colocándose a horcajadas sobre mí. Por un momento pareció dispuesto a decir algo, pero harta de que se riese de mí, coloqué mis manos en su nuca y lo atraje, besándole con una urgencia que parecía divertirle. Lance me devolvió el beso, pero no parecía muy interesado en quedarse ahí, y rápidamente su lengua y sus labios bajaron de nuevo a mi cuello y clavícula, arrancándome suspiros mientras una de sus rodillas dejaba su puesto rodeando mis caderas y se abría paso entre mis muslos. Al presionar ligeramente mi entrepierna un gemido se escapó de mis labios, para mi propia sorpresa y regocijo de Lance. En un intento de equilibrar la balanza, deslicé mis manos a lo largo de su torso en dirección a su cintura, pero el muchacho me detuvo de forma bastante brusca.
-No, no, Cyn. Espero que no pienses que puedes hacer lo que quieras. - Siseó, mientras apartaba mis manos y recorría ligeramente mi abdomen con el índice. - Sé una buena chica y estate quieta.
-Oblígame. - Respondí, más por inercia que por verdadera intención. Lance sonrió mezquinamente y se reclinó sobre mí.
-Créeme que lo haré. - Susurró en mi oreja, y sin previo aviso aumentó la presión de su rodilla contra mi entrepierna, haciendo que me estremeciese y cerrase los ojos para contener un gemido lastimero.
Oí entonces el ruido de la tela rompiéndose, y cuando quise darme cuenta Lance me había tomado por las muñecas y, colocándolas por encima de mi cabeza sobre la cama, las había atado con un trozo de sábana recién cortado. Sonriendo orgullosamente ante mi expresión de confusión, paseó sus manos desde mis muñecas recién atadas, recorriendo mis brazos hasta llegar a mis pechos, aún cubiertos por el sujetador.
-No creo que necesites ya esto. - Sentenció, y sacando un pequeño puñal de su pantalón, cortó los tirantes y la parte central de la prenda.
-¡Hey...! -comencé a protestar, pero el muchacho acalló mi queja presionando su boca salvajemente contra la mía, en un beso furioso que me arrebató el aire. Sus colmillos comenzaron a mordisquear mi labio inferior mientras una de sus manos trazaba el contorno de mi seno izquierdo. Cuando su boca abandonó la mía, me dedicó una rápida mirada de superioridad, disfrutando visiblemente de mi turbación. Sus labios recorrieron mi cuello y mi clavícula, una vez más, acercándose peligrosamente a mis senos desnudos, que no tardó en recorrer con la lengua. Un ligero mordisco en uno de ellos hizo que arquease la espalda, sobresaltada, ocasionando que mis caderas fuesen a aumentar la fricción entre su rodilla y el interior de mis muslos. Mi reacción pareció darle ideas al muchacho, que comenzó a deslizar una mano por mi bajo abdomen hasta introducirla en mi pantalón.
-Esp-espera...-mascullé, forcejando para librarme de las ataduras que me impedían usar las manos.
-¿Um? - Contestó, levantando la mirada para sostener la mía, mientras su lengua todavía trazaba la punta de uno de mis sonrosados senos. Mantuvo los ojos fijos en los míos, de una forma hechizante que me impedía apartar la mirada, mientras acababa de recorrer mi pecho con un par de movimientos circulares de su lengua. Después se incorporó ligeramente, llevando su rostro al mío.
-No eres quién para darme órdenes, humana. -Musitó contra mi boca, y la mano situada bajo mi ropa interior comenzó a explorar mi entrepierna con avidez. Pillada totalmente por sorpresa dejé escapar un pequeño grito, que no hizo más que avivar el toque del chico. Mordiéndome el labio giré la cabeza, intentando esconder mi rostro probablemente sonrojado y sudoroso de su mirada ladina. -No, no, no. - Canturreó, sujetándome la barbilla con la mano libre y obligándome a mirarle a la cara. Un dedo curioso se introdujo en mi intimidad, haciéndome jadear en sus labios, que me sonreían con cierta superioridad, disfrutando probablemente de mi desasosiego. El muchacho aumentó ligeramente la velocidad de su toque, y sin poder controlarlos, tímidos gemidos comenzaron a escaparse entre mis labios.
-¿De verdad quieres ser tan ruidosa, Cyn? - Y su comentario hizo que recordase dónde y con quién estaba, obligándome a mí misma a cerrar firmemente la boca. No obstante mi autocontrol no pareció agradar al chico, y su toque se hizo más rápido e intenso, haciéndome imposible acallar mis suspiros. Su ritmo se volvió demencial, y, quizá sintiendo lástima de mis tristes intentos por mantener mis labios sellados, cubrió mi boca con la suya, ahogando mis gemidos al mismo tiempo que me permitía dejar de reprimirme. Cuando mi espalda se arqueó, llevando mis caderas más cerca de su mano en busca de la fricción liberadora que me estaba llevando al clímax, el chico se detuvo de golpe. Su mano se retiró de mi entrepierna y su boca volvió a mis pechos, pero mi cuerpo ya a duras penas respondía a mis órdenes y mis caderas continuaron moviéndose, frotando mi entrepierna contra su rodilla.
-Vaya, vaya. - Musitó Lance, incorporándose ligeramente y clavando un poco más su pierna entre mis muslos, haciéndome soltar un suspiro. - ¿Querías que siguiese?
No quería darle el gusto de una respuesta, pero el muchacho pareció complacido por el desafío, aumentando ligeramente la presión en mi entrepierna.
-Te he hecho una pregunta, Cyn.
-S-sí...-mascullé, mientras intentaba serenarme haciendo uso de todo mi autocontrol. 
-Bueno -  susurró inclinándose de nuevo sobre mí, y su aliento me hizo cosquillas en la oreja. - Si me lo pides bien, quizá podamos llegar a un acuerdo.
Una de sus manos comenzó a pasear descuidadamente por mi torso, acercándose peligrosamente de nuevo a mi entrepierna, esta vez por encima de la ropa.
No le iba a suplicar, no le iba a suplicar, no le iba...
Pero mis pensamientos no eran más que un hilo lejano que se perdía entre la urgencia del momento, y mi cuerpo solo quería que siguiese.
-Por...favor...Lan-lance... sigue... 
-A tus órdenes, pequeña. -Respondió complacido, y tras morderme ligeramente el labio inferior, su mano volvió a insinuarse entre mis muslos, esta vez sin ningún reparo, haciendo que mi espalda se arquease y que gimiese su nombre sin poder evitarlo, llevándome al clímax tras unos largos y deliciosos segundos. Cerré los ojos, dejándome llevar completamente. Una vez finalizada su tarea, Lance retiró la mano y deshizo las ataduras que sujetaban mis muñecas, para después deshacerse también de la ropa que aún me cubría de cintura para abajo. Todavía jadeante y sudorosa, intenté incorporarme aprovechando la libertad recuperada de mis brazos, ante la mirada curiosa de un Lance que observaba paciente cuál sería mi próximo movimiento. Alargué un brazo hasta que mi mano se enredó en el cabello corto que cubría ligeramente su nuca y lo atraje hacia mí, en un beso algo dubitativo que sin embargo fue respondido firmemente por el chico, cuyas manos fueron a parar a mi baja espalda y a mi entrepierna de nuevo, respectivamente. Mis temblorosas piernas se cerraron, de manera instintiva, ocasionando que Lance soltase una pequeña carcajada entre mis labios. Ya harta de que se riese de mí, conduje mi mano libre hasta el abdomen del chico, descendiendo lentamente. Pillado por sorpresa, el chico retiró de pronto la mano que descansaba entre mis muslos, seguramente para intentar detener la mía, pero esta vez yo ya había introducido mis dedos curiosos bajo la tela de su pantalón. Con un gruñido de frustración, la mano del muchacho fue a parar al colchón, sirviéndole de punto de apoyo mientras su otro brazo aún me sujetaba por la cintura y su beso se volvía más salvaje. Comencé a acariciarle, primero tímidamente y después con más seguridad, encendida por las reacciones del muchacho, que parecía realmente molesto por no llevar el control. Volvió a hundir su rostro en mi cuello, clavando ligeramente los dientes cada vez que mi mano aumentaba la presión o la velocidad. 
-Nng...Cyn...- masculló entre jadeos, y pude apreciar sus grandes intentos por evitar que su respiración pesada se transformase en gemidos. Alcé una ceja, divertida.
-¿Ahora me vas a suplicar tú? -Canturreé, y sacando mi mano de entre sus ropas me incorporé lo suficiente como para sentarme sobre la cama. Lance se incorporó ligeramente también, pillado por sorpresa por mi repentino cambio de postura, y arrodillado sobre el colchón me miró con ligera turbación durante los cinco segundos que tardé en empujarle hacia atrás, obligándole a tumbarse para sentarme sobre su abdomen. La sorpresa de su rostro dio paso a la satisfacción.
-Ah no, esto no funciona así, pequeña. -El chico se incorporó de nuevo hasta acabar sentado conmigo en su regazo. Le sostuve la mirada, una mezcla entre desafío y tentación. - No me vas a tener a tu merced.
Sonreí, paseando mis manos y mi mirada con aire ausente por su torso.
-Ya te tengo. - Musité, y con un ligero movimiento de caderas froté mi entrepierna contra la suya, arrancándole un gruñido involuntario que sorprendió al propio chico. Sus manos fueron instintivamente a mis caderas, presionándome aún más contra su cuerpo vibrante. Volví a introducir mi mano bajo la tela de su pantalón, y sin mucha ceremonia aceleré mi toque hasta que la respiración pesada del chico inundó el silencio de la tienda. Lance dejó caer la cabeza ligeramente hacia atrás, cerrando los ojos con fuerza, en un esfuerzo un poco pobre por controlarse. Cuando consideré que ya había jugado bastante con él, retiré mi mano, recibiendo como toda respuesta un gruñido de frustración por parte del chico, que de forma instintiva basculó bruscamente sus caderas contra las mías, haciéndome dar un respingo. Pese a todo, respondí a su triste intento por conseguir algo de fricción y comencé a mover las caderas a mi vez. 
-Lance...-ronroneé, disfrutando de ver cómo el chico perdía poco a poco los papeles. Sus dedos se clavaron en mis nalgas mientras intentaba reducir a cero la distancia que separaba nuestros cuerpos, pero la presencia de sus ropas parecía frustrar su tarea. Sin mucha ceremonia me empujó hacia atrás, dejándome caer sobre el colchón, y en cuestión de segundos se libró de las molestas prendas que aún le cubrían. En un abrir y cerrar de ojos su lengua volvía a estar explorando mi boca mientras una de sus manos separaba mis piernas, volviendo a rozar mi intimidad en el proceso. Lo que debió ser un roce involuntario me arrancó un gemido quizá demasiado intenso, que hizo que el chico se lo pensase mejor y se detuviese ahí, volviendo a introducir un par de dedos sin ningún tipo de compasión. Mordiéndome los labios hasta casi hacerme sangre intenté no ser demasiado ruidosa mientras mis caderas danzaban al ritmo que la mano del muchacho me marcaba. Su otra mano fue entonces directa a mi boca, introduciendo un dedo entre mis labios y obligándome así a abrirlos.
-Mírame. - Me ordenó, ya que mis ojos habían permanecido cerrados desde que había comenzado de nuevo a tocarme. Al no recibir respuesta, introdujo otro dedo en mi boca...y en mi entrepierna. - Cyn...
Entreabrí los ojos al mismo tiempo que un jadeo desesperado abandonó mis labios, por los que aún se paseaba la mano de Lance. El chico volvió a llevarme a mi límite, convirtiéndome esta vez en un caos de sudor y gemidos mientras mis manos aferraban con fuerza las sábanas del catre. Lance se detuvo de nuevo dejándome justo al borde del clímax, y de forma algo brusca levantó mi pierna izquierda hasta reposarla sobre su hombro.
Con la mirada fija en mis ojos entreabiertos, acercó su intimidad a mi entrepierna, rozando el lugar donde antes había estado su mano. De forma involuntaria mis caderas se movieron buscando aquella fricción que no acababa de darme.
-Pídemelo. - Susurró con voz ronca el chico, disfrutando de la visión que le estaba ofreciendo. Mi mente ya era incapaz de oponer ninguna resistencia, y arqueando la espalda para llevar mis caderas más cerca de él, no dudé en responder.
-Lanc..e...por favor....
Satisfecho, el muchacho se fundió en mí lentamente, arrancándome un jadeo y haciendo que clavase las uñas en las sábanas. Con un gruñido ronco, comenzó a moverse lentamente, desesperándome y causando que mi cuerpo buscase por sí solo aumentar la fricción, y recibiendo como sola respuesta que el chico se detuviese. 
-Por fav..or...sigue...-musité, esta vez sin necesidad de que él me lo ordenase; Lance clavaba sus ojos depredadores en mí al mismo tiempo que su lengua recorría de forma ausente mi tobillo, apoyado sobre su hombro izquierdo. 
-Solo...por esta vez...-respondió, y pude notar por su voz que a él mismo le estaba costando no continuar con el movimiento solo para torturarme. En cuestión de segundos sus caderas volvieron a moverse con unas embestidas más rápidas y potentes, y su nombre comenzó a escaparse entre mis labios sin que pudiese retenerlo. Sus manos fueron a parar a mi cintura, aumentando aún más la velocidad a medida que nos acercábamos al clímax. Entre sus roncos jadeos pude escuchar cómo también murmuraba desesperado mi nombre, lo que no hizo sino encenderme aún más. Lance se detuvo durante una décima de segundo para bajar mi pierna de su hombro e inclinarse sobre mí, haciendo que la fricción entre nuestros dos cuerpos aumentase y que su boca pudiese venir finalmente a acallar mis descontrolados gemidos, cerca ya del dulce final.
-Lance...!
Clavé las uñas en su espalda mientras me dejaba llevar por el liberador placer. El muchacho continuó aún durante unos segundo más, hasta que el clímax se apoderó de él también.


Sudando y jadeando, y con las uñas clavadas en los omóplatos del chico, intenté recuperar el aliento. 
-Veo que eres ruidosa para todo. -Masculló con cierta satisfacción el chico, devolviéndome de golpe a la realidad. 
-Oh por el Oráculo...- la realidad de golpeó de pronto, y muerta de vergüenza ante la certeza de que mi voz habría despertado a todo el campamento, me llevé las manos a la cara. El chico rió por lo bajo, e hizo amago de separar nuestros cuerpos. No obstante, pareció pensárselo mejor en el último momento, y retomó, lento pero seguro, las embestidas. - ¿Lanc.e... qué...?
-Vamos a ver cuánto más puedes gritar, Cyn. - Y pasando la lengua por mi cuello, volvió a comenzar.



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Bueno ea, esto ha sido todo.
Estoy un poco desentrenada, puede ser.
Como siempre digo, no me juzguéis muy duramente por la calidad y el contenido de los fics porno porque una no ha nacido para esto xD
Y ahora, procederé a recoger del suelo mi dignidad y mi vergüenza por escribir esto y por haber tardado tanto en escribirlo y me iré de vuelta a mi cueva, aunque espero poder traeros algún fic o alguna cosita más del Randomdarya.

Whatever whatever, espero que os haya gustado, que al menos os haya tenido entretenidos un largo y angustioso rato (?) y que estéis todos bien ^^)/
Ruegos, preguntas y pedradas, como siempre, aquí tenéis los coments~

See you~~ 



8 comentarios:

  1. Jajajajaja me ha gustado MUCHO Lyn, la verdad es que no entiendo porque recalcas tanto que no tienes experiencia en mi opinión ha quedado muy bien!
    Y espero un continuará de la ruta Lance! Que pasará al día siguiente?!

    Aunque el siguiente capítulo no fuera +18 quiero que esta ruta continúe en el fic!
    Por fi por fi pro fiiiiiiii!!!!!

    La verdad es que en eldarya también estoy algo desconectada, pero sé que en resumida no nos han dejado acercarnos mucho más a Lance, nos rescatan y volvemos al QG :/

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    1. Hola! Me alegro mucho de leer eso! <33 Me lo pensaré pues ^^~
      Gracias por leer y comentar!
      See you~

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  2. Si me gustó, espero saber más de ti, te has perdido mucho.
    PD: cuando vas a publicar los episodios que faltan?
    Se extraña tus comentarios

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    1. Hola! Me alegro de que te haya gustado~ Probablemente no los publique, lo siento, he dejado el Eldarya de lado ^^U
      Gracias por leer y comentar <3

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  3. Llevaba muchísimo esperando algo de ramdomdarya y la verdad no esperaba que tu regreso sería tan triunfal y épico 😂 curioso como nunca le pusimos atención a Lance en el canal y ahora es el prota de tu Gardienne principal
    A mi me ha encantado, creo que si se te da muy bien la escritura y tal vez si naciste para escribir porno Lyn 😂😂😂 no te vayas tanto tiempo, ya extrañaba a Cyn

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    1. Me alegra mucho saber que mi regreso ha sido triunfal (???) no es que sea el prota, pero como estoy tan desconectada de la historia principal, es el que mejor me permite inventarme cosas XD
      Me alagas profundamente (?) Intentaré no volver a desaparecer~

      Gracias por leer y comentar!

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  4. Amé, me encanta te amo mucho, ya se te extrañaba te quedo increíble. Gracias mil preciosa <3

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    1. Muchas gracias a ti por leer y por tus palabras <33

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